Todos han muerto, inexorablemente:
asì se cumple la ley de la vida, fatal y pùtridaen los cementerios, en las casonas desprovistas de calefacciòn elèctrica
a pesar de todos los adelantos conocidos y por conocer:
Todos han muerto, nadie ha quedado con un hilo de vida:
muriò padre
murieron madre y abuela Angela
hasta incluso muriò la perra de nombre Sami
una noche de sàbado
mientras en el comedor bailàbamos vals vienès
y reggaeton
abandono no de persona sino de animal fue, pobrecita
muriò hace muchos años Cesar Vallejo
y ya nadie recuerda
a Frederic Chopin
para no hablar de la Violeta Parra
No hay nada que hacerle: todos han muerto desgraciadamente
solo yo he quedado: el sobreviviente temporal
quien escribe este poema sin poesìa alguna
una tarde de verano
mientras suenan en el piano
los preludios
de
Rachmaninov
y recuerdo una tarde palermitana
mientras miro los libros de precios realmente inverosìmiles
en la vidriera de la librerìa
entro y no hay nadie:
solo fantasmas
como si se tratara de una pelìcula de terror
o simplemente el libro ya roto
llamado La Invenciòn de Morel
No hay comentarios:
Publicar un comentario