Combat Rock The Clash
Ademàs, otro grupo queme apasionaba sobremanera
eran los Clash: era en las frìas mañanas del invierno porteño
cuando acostumbraba ratearme del colegio
en la cocina de la casa de Claudio Marcelo Guardia
cuyos padres obviamente se habìan ido a laburar
que estàbamos horas y horas escuchando aquel disco
una y 1000 veces
totalmente obnubilados
por aquella mùsica insòlita para nosotros
aquella mùsica era de una tal energìa
que nos daban ganas de salir a la calle
o a cualquier parte a bailar o
hacer alguna locura
la juventud es energìa: deporte o bailar o
coger chuparnos todo el cuerpo con alguna pendeja hermosa
penetrarnos y compenetrarnos mutuamente
los ojos en blanco o enrojecidos de lascivia
por què se habla tan poco del Orgasmo
si es la cosa màs linda del mundo
realmente vale la pena haber vivido
para tener esa efìmera sensaciòn orgàsmica
ese relàmpago dulce que se derrama por dentro
y por fuera
sentir còmo las lenguas juegan y se enroscan
las lenguas de fuego
las puntas de la lengua en la punta de la lengua
còmo se unen para siempre las calientes humedades y humedales
como los ojos giran sobre sì mismos como cinturas como cinturones
como se desorbitan y orbitan alrededor del sol deseante
còmo se ponen en blanco
y còmo los cuerpos desnudos bailan
tomados de la mano
miràndonos a los ojos
a los ojos en blanco los ojos
càlidamente desorbitados
aquella mùsica hipnòtica
nos sugerìa todo aquello
yo metìa mi lengua en su boca bien abierta
en su sexo en su vulva en su ùtero en su dulceamarga vagina
mientras ella temblaba como una hoja del otoño
o como un flan
o como gelatina marina carnal
y sentìa sus arrugas tocaba su
piel
era una cuestiòn de piel ciertamente
bàsicamente una cuestiòn alquìmica
como suele decirse
no entendìa un catso de ese idioma anglosajònico pero no importa:
fuimos felices mientras oiamos Combat Rock
en las frìas mañanas
del porteñero invierno
y ahora vuelvo a escucharlo casi 40 años despuès
en Youtube
y el telèfono celular
ese aparato diabòlico
y celestial a un tiempo
ese dispositivo satànico
y angèlico a la vez
reificado realmente
Marx mediante
(Groucho, Karl, Daniel).
sì, era en las frìas mañanas del porteñero invierno
que escuchàbamos una y 1000 veces
aquel disco ya rayado
ya rallado
totalmente obnubilados
en esa cocina caliente
mientras sus padres laburaban
todo el dìa
y nos rateàbamos del colegio
o mientras nos encamamos
nos acostamos con las dulces adolescentes
que en pocos años envejeceràn
marchitaràn para siempre ...
Gracias The Clash!!!
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