lunes, 5 de febrero de 2024

taller de poesia erotica capital 2024

 RECUERDO DE JUVENTUD 

Cuando fuimos a ver La batalla de Argel allà por Chacarita
un sàbado a la tarde y para mì Argelia era Argentina
Fanon mediante
Sartre mediante
Hernàndez Arregui (la formaciòn de la conciencia nacional)
Cooke mediante
Jauretche mediante
Scalabrini mediante
Sorel mediante
Peròn mediante
Arlt mediante
Mariàtegui mediante
Gramsci mediante.

Y cuando salimos otro sàbado a la tarde
con la bella y delgada Guadalupe A.:
no recuerdo absolutamente nada de lo que charlamos
pero en medio del parque nos besamos ardientemente
y justo en ese momento comenzò a llover a càntaros
(esas lluvias malditas de verano en que el cielo se cae a pedazos)
de pronto el cielo se oscureciò y toquè suavemente tus piernas tu sexo
y me dijiste: no seas hijo de puta
luego que tomamos varias cervezas
año 1993 lo recuerdo perfectamente
lo que no recuerdo ni ahì 
es que diablos hablamos aquella tarde: yo tenìa

un libro sobre John William Cooke
sobre la mesa
que solìa llevar en el bolsillo de atràs del lompa
y pasò una bella y mirò dicho broli
en cuestiòn: redundancia y desviaciòn
Cohen dixit
mientras escucho una sinfonìa
de Anton Bruckner

yo fungìa como profesor de baile 
y las jòvenes me observaban: yo las tenìa entre mis brazos
mientras bailàbamos unos buenos Tangos
y luego volvìamos a estar abrazados desnudos y llenos de luz
en medio de la oscuridad
de las sàbanas blancas
las moscas y mosquitos
en medio de los besos màs ardientes y hùmedos

Ay hermosa dama, si volviera una vez màs
por la ùltima vez
a besar tu sexo como en aquellos tiempos 
hace exactamente una eternidad
y cerrabas los ojos o los ponìas en blanco
y tomaras mi cabeza entre tus manos
pronunciando mi hermoso nombre de pila
en homenaje, en honor al famoso piloto hoy
injustamente olvidado: Gastòn Perkins. 

Si tan solo volvieras a besar mi boca
de motu propio
como en aquellos tiempos lejanos
como en aquella lejana època
en que abrìamos las puertas de los màs pobres hoteles
o de lo contrario, nos sentàbamos en los bancos de las plazas
por las noches
en medio y debajo de la sombrìa nocturna arboleda.

Si tan solo volvieras a mirarme a los ojos 
mientras besas mi sexo
mientras dulce y llena de saliva caliente lo lames
por no decir lo chupas, lo succionas
que aùn parece queda mal
poco apropiado tal vez para un poema.

Pero es que me mirabas a los ojos
mientras relamìas el centro de mi cuerpo
desenredabas mi ombligo con tu lengua
mientras me mirabas fijamente a los ojos
y gemìas exactamente como una perra en celo
como una gata en celo
cuyos ojos fulguran en la oscuridad total de la noche
como dos llamas flameando como dos banderas de fuego rojo nocturno.

Si tan solo volvieras a tocarme con tus dos manos
tus delicadas manos
tus largas uñas pintadas
con la palma de tu mano.

Si tan solo volvieras a tenderte boca arriba en la cama
con las piernas bien abiertas 
y te cogiera fuerte y dulcemente
y te llenara la vulva de seminal esperma
como si se tratara de fecundar a una giganta
la giganta de Baudelaire
Tuñòn mediante
Cedròn mediante
Bruckner mediante.

O si tan solo volvieras a ponerte en cuatro piernas
y volviera a cogerte una y otra vez
como en el pasado
suave y fuerte y duramente
como corresponde al macho cabrìo
como si no fuèramos dos humanos
sino una màquina animal de ocho miembros
una màquina animal de toda clase de bufidos y gemidos
una màquina eròtica y bàsicamente pornogràfica
en medio de la noche y del mundo 
solos en medio de la vida y del universo
al solo objeto de alcanzar
ese relàmpago
ese dulce terremoto interior 
que suelen denominar

orgasmo. 

Ah si tan solo volvieras a amarme locamente por ùltima vez
en medio de la noche y en los màs pobres hoteles
o en los parques pùblicos
parados y apoyados frente a un gran àrbol centenario
un alto àrbol milenario que trepaba hasta las estrellas
mientras cerrabas los ojos y gemìas
como una gacela en celo.

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