sábado, 17 de mayo de 2025

poemas narrativos en buenos aires capital

 Ahora estoy solari, pero todas las mujeres que amè

desde mi juventud, una y 1000 veces.

Lo cierto, es que solo no se va a ningùn lado
o no se llega muy lejos, conviene consultar a los amigos
a los vecinos, a los conocidos o, en todo caso, mèdicos, dentistas, psicòlogos etc.

Pero siguiendo con el tema en cuestiòn, el tema amatorio:
Todas las mujeres que amè, y nos acostàbamos, nos encamàbamos
en los hoteles màs pobres, màs poligriyos,
oscuros, con gemidos de mujeres a lo lejos o a lo cerca,
gemidos cuando fornicàbamos
gemidos cuando las serruchaba
cuando estaba arriba de ellas y cabalgaba sobre ellas
o encima de ellas
y nos besàbamos, nos engolosinàbamos,
y sus ojos se desorbitaban o se ponìan en blanco
y sus bocas se abrìan buscando aire, rojas, hùmedas y especialmente
dulces

Lo recuerdo todo perfectamente, pero tambièn lejanamente
fueron lindas experiencias las que tuve en ese extraño mundo, terrible y bello

pero pregunta: ¿por què diablos el teclado salta de golpe cada 2 x 3
y me manda las palabras unas lineas, unos versos màs arriba?

Fueron experiencias francamente inolvidables en el Planeta Tierra
en el Planeta Tango
en las milongas con las milongueras màs ardientes, simpàticas
y sobre todo jòvenes
de modo que de solo recordarlo
se me pone la piel de River Plate

Ahora estoy Solari Yrigoyen, es cierto
pero recuerdo todas las minas que amè
en los telos màs baratieris

y aquellos bailes de fines de siglo
en aquellos tiempos

en aquellos tiempo era joven
y todo me importaba francamente un bledo, 3 kinotos, 3 carajos
era algo asì como una especie de bohemio
que iba a milonguear todas las noches
a las milongas màs postas
o me paraba en la barra a copetear, fumarme un faso
o contemplar a las parejas de bailarines
que se arremolinaban en la pista o palestra
y hacìan sus 8, sus molinetes y giros, sus barridas, sus ganchos, sus
cuadrados, en fin, sus pasos y figuras

pero tambièn, obviamente, miràbamos a las minas
y cabeceàbamos: no nos acercàbamos a las mesas ni loco ni en
pedo, ni de casualidad, so pena de rebotar
o planchar toda la noche

era un peligro que habìa que conjurar o exorcisar: ser
precavido, cuidadoso, tomar ciertos recaudos, en
fin, no cometer errores ni mandarse ninguna
cagada

Pero tambièn bailaba siguiendo la ronda
y procuraba (si se daba el caso y podìa)
franelear suavemente a mi partenaire del momento
apretando delicadamente sus tetitas con mi torso o pecho
y todo eso mientras escuchaba la mùsica, oìa al cantor
y procuraba no chocarme con nadie

entre tango y tango, sutil chamuyo
o salir afuera con la excusa de fumar
o continuar bailando durante horas y horas
hasta que las velas no ardan
o simplemente hasta que termine el baile
(a las 6 de la matina aprox. por lo general)

bailàbamos tete a tete
mejilla a mejilla y a menudo
las chamuyaba al oido
o les recitaba poemas de corazòn al oido
by heart
par coeur

recuerdo todo perfecta y lejanamente
aquellos bailes de fines de siglo
en los salones màs imponentes
o en los sitios màs humildes y desquiciados:
parrillas, pizzerìas, cafès, sòtanos, comitès
(todo fue antes de que se incendiara el boliche cromagnon)

y tambièn hacìamos el amor
en los lugares màs humildes y sobre todo baratos
mientras llovìa torrencialmente
en los sitios màs estrafalarios, màs
exorbitantes:
en parques y plazas pùblicas
durante la noche
contra un àrbol
o contra una pared

entre la pared y la espada
a espada y a capa
una de arena y una de cal

asì fue mi juventud durante años:
bailar y hacer el amor
bailar y hacer el amor una y 1000 veces

hasta que mandè todo al diablo
y me dediquè a trabajar
todos los dìas, todo el santo dìa
(hasta 12 horas diarias)
en clases particulares
en clases en escuelas pùblicas o privadas
en rigor de verdad
en honor a la verdad

pero recuerdo aquellos amores, aquellos bailes
y por dentro
(porque la procesiòn va por ahì)
a veces
o
a
menudo
se me
pianta
un
lagrimòn
...

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