miércoles, 3 de diciembre de 2025

Declamacion de poemas en Caballito

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sábado, 17 de mayo de 2025

taller de microrelatos en Caballito 1537704979

 Una vez salì con 2 minas, durante un año y pico, màs o menos.

La cosa fue asì: una no sabìa nada, la otra sabìa todo o casi todo y fungìa u oficiaba como amante o de amante despechada que no hacìa otra cosa que, frecuentemente, conminarme a que cortara relaciones con mi novia, vamos a llamarla asì.
Lo cierto es que un sàbado quise hacer doblete pero me saliò la culata por el tiro: se me juntaron las 2 minas y se armò un bolonqui bàrbaro: en un cafè del centro, los 3 sentados a una mesa, la amante le anoticiò a la oficial, digamos, solo por llamarlas de alguna manera o ponerles nombres, que hacìa un año (aproximadamente) y pico que la cuerneaba todo el tiempo o mejor dicho cada semana.
Para hacerla corta, al poco tiempo seguìa saliendo con las 2, hasta que tarde o temprano, màs temprano que tarde, todo se fue al reverendo carajo y al final me quedè sin la torta y sin el pan.
Y eso es todo el relato, todo lo que tenìa para contar o contarles.
Pero era joven y poco despuès salìa con otras jòvenes o pendejas, asì que està todo bien, està todo màs que bien.
Porque era jòven y las minas me seducìan, me daban pelota, me llevaban el apunte, y era joven y feliz, sin saberlo, recièn ahora me doy cuenta pero es demasiado tarde, demasiado, tarde.
Siempre me es o me resulta demasiado, demasiado tarde, tardìsimo.

microprosas argentinas 2025

 Una vez me estremecì de goce o gozo: se trataba de una mina pulenta que me volvìa loco de dicha, como dijo el poeta, antipoeta màs bien, influencia angustiosa. Lo cierto es que la nami en cuestiòn parecìa un relàmpago errante, un relàmpago doliente y lustroso, relàmpago enlutado. Y me abrazaba, me buscaba, me iba a buscar a la biblioteca municipal donde habìa laburado Borges en los 40 aprox., y me hundìa la lengua hasta el fondo de la garganta, era terrible Valeria, se llamaba Valeria, sì, yo solìa llamarla simplemente Vale, de vago nomàs o porque todos la llamaban asì.

Se llamaba o se llama Valeria Bianchi.
Pero ¿cuàntas minas hay que llevan ese nombre o se llaman asì?
Me volvìa loco esta mina al punto que me saturè francamente de tanto sexo, porque yo siempre digo, o desdigo: hay que tener cuidado, mucho cuidado con el punto de saturaciòn porque lo que te gusta puede dejar de gustarte, he ahì el problema.
Hay que tener cuidado con ese asunto yo siempre digo, hay que tener mucho, sumo cuidado, ojo.
Y bue, què se le va a hacer, la vida es asì.
De carne somos.
Y bueno, soy argentino.
¿Yo? Argentino.
O màs bien argento.
Eso es todo o es casi nada. Pero en algùn momento hay que cortarla y dejar de escribir pavadas, la hora de la pavada, la edad del pavo.
¿No?
¿O no?

poemas realismo sucio argentinos

 si algo me gustaba era acostarme encamarme con mujeres en hoteles humildes berretas

o donde fuera plazas parques pùblicos por ejemplo el Parque Centenario o la plaza que
hicieron en mi vieja escuela que tiraron abajo en la època de la Dictadura cìvico militar
(ahora se dice asì por la complicidad de ciertos empresarios o civiles, su connivencia)

contra àrboles o contra descascaradas paredes muros àrboles cuya copa llegaba hasta las
estrellas y cuyas raìces se extendìan hasta el centro de la esfera terrestre o sino en las casas
de ellas o en la mìa el tema era dònde y cuàndo no tenìamos un centavo una maldita moneda
partida al medio èramos pobres como arañas casi nos comìan los piojos pero eso no impedìa

que nos amàramos con frecuencia a menudo en los màs abyectos y sòrdidos espacios en
terrazas en escaleras en cualquier parte donde sea ademàs estaba el dinero el tema
monetario dinerario cometario planetario los padres celosos que me esperaban desde algùn

lugar para darme la biaba una paliza una golpiza chaschas en la colita y yo escapaba de
allì como podìa huìa con su hija hacia la cafeterìa màs cercana con el objeto de cafetear
un rico cafè con leche con medialunas de grasa o de manteca en general asì pasaba esa

mañana y fumàbamos a lo loco se faseaba en lugares cerrados en aquella època
y charlàbamos y platicàbamos y besarnos con carpa con carpeta porque el dueño del
boliche podìa ofenderse romper las pelotas llamarnos la atenciòn retarnos digamos
habìa que andarse entonces con sumo cuidado no sea cosa que nos rajaran a la mierda

realismo sucio argentino poemas 2025

 Una vez cuando tenìa 28 29 años, me pasò algo màs o menos terrible

y absoluta o francamente lamentable, por decirlo asì, por asì decirlo:
me emborrachè en el cumple de Ricardo Schmidt (¿se escribe asì?)
pues no habìa otra cosa para tomar + que bebidas espirituosas, alcohòlicas, vamos.

Y encima cometì la idiotez de mezclar todas de modo que en pocos minutos
estaba borracho como una cuba, como se dice habitualmente. Cuando me fui de allì
se me dio por recalar en el boliche llamado Viejo Correo (hoy ya no existe, hay, creo, una
jugueterìa, o algo por el estilo, grande, coqueta) y dio la casualidad y no sè por què

(yo debìa tener un aliento espantoso, no sè còmo una mina màs o menos bonita me
podìa dar bola, pelota, en aquellas absurdas circunstancias) una chica me prestò su
amable atenciòn, de modo que comenzamos a bailar boleros: el baile estaba terminando

se ofreciò a llevarme en su auto pero yo comenzè a vomitar vi còmo se alejaba en su vehìculo
fui caminando hasta mi hogar en zig zag pero no daba màs lleguè al parque y me acostè
en un banco me quedè dormido despertè de madrugada seguì caminando a casa me acostè y

dormì a la mañana siguiente no recordaba absolutamente nada excepto lo señalado lineas
o versos (si se quiere) màs arriba de ahì el tìtulo del poema, si se quiere y si no, tambièn.

poemas filosoficos argentinos 2025

 Descartes me interesaba muchìsimo, soberanamente, un filòsofo importante,

evidentemente; extrañamente, leìa el diccionario de Ferrater en la biblioteca del
Instituto de Geografìa, ahora lo recuerdo, serìa por mi novia Milena Braun, que
estudiaba justamente geografìa en la facultad. Allì pasaba tranquilamente tardes

enteras mientras los futuros geògrafos leìan sus libracos; allì tambièn vi como un
profesor ciego daba clases a Milena: yo le hacìa señas a ella procurando que el otro no me
descubriera, pero ella no me daba ni 5 de pelota: efectivamente, parecìa decirme por señas
que me fuera a la mierda, que no rompiera màs las pelotas, las guindas, los quinotos.

En efecto, me fui ese dìa, pero otros dìas volvì, claro que volvì allì: era un lugar re tranqui
(o tranca, como dicen ahora) y a la tarde temprano no habìa casi nadie, asì que podìa leer
tranquilo libros de filosofìa o incluso de historia, grandes y hermosos libracos, volùmenes.

Y cuando finalmente cortè con Milena, igual seguì yendo a la dicha biblioteca, y leìa un
broli tras otro, y fumaba un faso tras otro (como un escuerzo) y me sentìa el tipo màs feliz
del mundo y en efecto lo era, ahora me doy cuenta, ahora que siempre es demasiado tarde,

siempre es demasiado tarde, ahora que soy un viejo choto y las minas no me dan ni 5 de
bola, y vuelve a llover, hace 3 dìas que llueve fuerte sin parar, no para màs, no para.

sàbados y domingos de super acciòn

 Yo, en los 70 y 80, cuando era un pibe, siempre miraba los sàbados y domingos

por la tarde, las pelìculas de ciencia ficciòn de los 50 y 60 que pasaban en televisiòn
cuyo ciclo se llamaba (si mal o bien no recuerdo) sàbados de superacciòn. Sentado
frente al aparato televisor, me sentaba a ver esas pelìculas extrañìsimas que consistìan

bàsicamente, en lo siguiente: viajes a la Luna o a Marte, monstruos diversos al llegar al
planeta en cuestiòn, gelatinas viscosas en las que se hundìan fatalmente los astronautas,
hèroes principales de aquellos melodramas francamente ilusorios, o series de televisiòn
como Viaje a las estrellas, o cosas por el estilo, todo ello en blanco y negro, por supuesto.

Eran extrañìsimas esas pelìculas, esas series televisivas en blanco y negro (el poema tiende
a repetirse, indefinida y recursivamente, esa parece ser su naturaleza convulsiva y sobre
todo polivalente, ambigua, ambivalente si seguimos o queremos seguir a Freud).

Me encantaban realmente esas pelìculas extravagantes por no decir raras (raras en el
sentido rubeniano o rubendariano) estrafalarias, en blanco y negro, los sàbados y
domingos, por regla general, en mi casa o en lo de mi Tìa Eugenia, mi Tîo Isidoro.

poemas politicos argentinos 2025 buenos aires

 El gran poeta argentino se llama Juan Domingo Peròn

porque dio dignidad a la clase trabajadora
y dio su vida entera por la causa de los màs humildes
quienes siempre lo reconocieron como abanderado.

Aunque algunos lo acusen de fascista o cosas por el estilo:
bonapartista, reformista, populista, demagogo y otras hierbas
todos los rìos de Argentina son peronistas, como dijo el poeta
porque desembocan en el universo, o algo asì (estoy citando de memoria).

Eva Peròn o Eva Duarte, Isabel Peròn o Martinez: Peròn era feminista
pero tambièn paternalista. Me gusta el estilo de Peròn: su oratoria, sus discursos.
Ahora, lo que no me gusta mucho es la estructura verticalista o solapadamente machista

del Partido, llàmese comunista o socialista o como se llame. Y hay que admitir que hay un
cierto machismo en todo ello, dando vueltas, yèndose por las ramas, un cierto determinado
autoritarismo que no me gusta nada, ese verticalismo, ese, digamos, clientelismo, en fin.

poesia narrativa en buenos aires capital federal

 Rock puede ser bailando en el boliche llamado museo rock

(¿museo rock? què nombre màs raro, ¿què tendrà que ver el rock con un museo?)
o sino en lugares como escuelas (por la noche) la escuela de noche, museo
rock. En fin, bailando rock con las pendejas màs hermosas y con las jovatas

màs lindas de de aquellos lugares: dando vueltas y vueltas sin parar y locamente
descerebrados y màs o menos pulcros; las pendejas hermosas con sus faldas, en sus
vestidos floreados, con sus musculosas o remeras que les remarcan sus tetitas, sus
pezones: girando y tirando pasos, figuras de baile o penales, en fin, bailando sin parar!

Droga, a veces: nevados en medio del baile y los bailarines husmeando, olfateando esa
marihuana sabrosa, mi novia de entonces, bellamente rockera y drogadicta: Alejandra,
una piba pierna, una mina gamba, que volvìa relocos a los turritos, con sus ojos verdes

y su pelo rojo como una llamarada roja y fugaz. O bailàbamos tango en La Viruta o en Grisel
al comienzo del baile, cuando no habìa nadie en la pista y tenìamos toda la pista para
nosotros 2 (una novela de Nèstor Sànchez) y encima entràbamos gratarola a esa hora.

poemas narrativos en buenos aires capital

 Ahora estoy solari, pero todas las mujeres que amè

desde mi juventud, una y 1000 veces.

Lo cierto, es que solo no se va a ningùn lado
o no se llega muy lejos, conviene consultar a los amigos
a los vecinos, a los conocidos o, en todo caso, mèdicos, dentistas, psicòlogos etc.

Pero siguiendo con el tema en cuestiòn, el tema amatorio:
Todas las mujeres que amè, y nos acostàbamos, nos encamàbamos
en los hoteles màs pobres, màs poligriyos,
oscuros, con gemidos de mujeres a lo lejos o a lo cerca,
gemidos cuando fornicàbamos
gemidos cuando las serruchaba
cuando estaba arriba de ellas y cabalgaba sobre ellas
o encima de ellas
y nos besàbamos, nos engolosinàbamos,
y sus ojos se desorbitaban o se ponìan en blanco
y sus bocas se abrìan buscando aire, rojas, hùmedas y especialmente
dulces

Lo recuerdo todo perfectamente, pero tambièn lejanamente
fueron lindas experiencias las que tuve en ese extraño mundo, terrible y bello

pero pregunta: ¿por què diablos el teclado salta de golpe cada 2 x 3
y me manda las palabras unas lineas, unos versos màs arriba?

Fueron experiencias francamente inolvidables en el Planeta Tierra
en el Planeta Tango
en las milongas con las milongueras màs ardientes, simpàticas
y sobre todo jòvenes
de modo que de solo recordarlo
se me pone la piel de River Plate

Ahora estoy Solari Yrigoyen, es cierto
pero recuerdo todas las minas que amè
en los telos màs baratieris

y aquellos bailes de fines de siglo
en aquellos tiempos

en aquellos tiempo era joven
y todo me importaba francamente un bledo, 3 kinotos, 3 carajos
era algo asì como una especie de bohemio
que iba a milonguear todas las noches
a las milongas màs postas
o me paraba en la barra a copetear, fumarme un faso
o contemplar a las parejas de bailarines
que se arremolinaban en la pista o palestra
y hacìan sus 8, sus molinetes y giros, sus barridas, sus ganchos, sus
cuadrados, en fin, sus pasos y figuras

pero tambièn, obviamente, miràbamos a las minas
y cabeceàbamos: no nos acercàbamos a las mesas ni loco ni en
pedo, ni de casualidad, so pena de rebotar
o planchar toda la noche

era un peligro que habìa que conjurar o exorcisar: ser
precavido, cuidadoso, tomar ciertos recaudos, en
fin, no cometer errores ni mandarse ninguna
cagada

Pero tambièn bailaba siguiendo la ronda
y procuraba (si se daba el caso y podìa)
franelear suavemente a mi partenaire del momento
apretando delicadamente sus tetitas con mi torso o pecho
y todo eso mientras escuchaba la mùsica, oìa al cantor
y procuraba no chocarme con nadie

entre tango y tango, sutil chamuyo
o salir afuera con la excusa de fumar
o continuar bailando durante horas y horas
hasta que las velas no ardan
o simplemente hasta que termine el baile
(a las 6 de la matina aprox. por lo general)

bailàbamos tete a tete
mejilla a mejilla y a menudo
las chamuyaba al oido
o les recitaba poemas de corazòn al oido
by heart
par coeur

recuerdo todo perfecta y lejanamente
aquellos bailes de fines de siglo
en los salones màs imponentes
o en los sitios màs humildes y desquiciados:
parrillas, pizzerìas, cafès, sòtanos, comitès
(todo fue antes de que se incendiara el boliche cromagnon)

y tambièn hacìamos el amor
en los lugares màs humildes y sobre todo baratos
mientras llovìa torrencialmente
en los sitios màs estrafalarios, màs
exorbitantes:
en parques y plazas pùblicas
durante la noche
contra un àrbol
o contra una pared

entre la pared y la espada
a espada y a capa
una de arena y una de cal

asì fue mi juventud durante años:
bailar y hacer el amor
bailar y hacer el amor una y 1000 veces

hasta que mandè todo al diablo
y me dediquè a trabajar
todos los dìas, todo el santo dìa
(hasta 12 horas diarias)
en clases particulares
en clases en escuelas pùblicas o privadas
en rigor de verdad
en honor a la verdad

pero recuerdo aquellos amores, aquellos bailes
y por dentro
(porque la procesiòn va por ahì)
a veces
o
a
menudo
se me
pianta
un
lagrimòn
...

viernes, 16 de mayo de 2025

 Tristeza

soberana y triste
la de esta noche
cerrada

Triste tristeza la de virtuales reuniones
a la distancia
y el coordinador o director famoso
un necio importante
que monopoliza la palabra
no la cede
e interrumpe a cada momento
si querès meter un bocadillo

por otra parte, es en lo alto de una librerìa de Palermo
un espacio chiquito
pero repleto de libros

ni se molesta en analizar los poemas
acaso no sabe hacerlo
no dispone de herramientas al respecto
no tiene la menor ni mayor
idea de nada

no obstante, sus escritos son cèlebres
y moderados

sus admiradoras
son ardientes pendejas
que pagan por conocerlo
o levantarlo

y yo lo envidio francamente
aunque ademàs lo detesto
por su engrupimiento y frìas obsesiones
tìpicas de un megalòmano paranoide
(aunque no quiero patologizar ni sicopatear sicofantes)

sin embargo la pasè muy bien
aunque tambièn muy mal
por sus constantes intrrupciones, ademàs
salta de un tema al orto perdòn otro
sin profundizar absoluta o relativamente en nada
(chistes fàciles y malos)

lo que màs me gustò de la feria fueron las minas

me gustò esa experiencia parcialmente desagradable

las chicas eran preciosas
los poemas muy hermosos

todo fue interesante menos
el coordinador del taller
que interrumpe a cada momento y
no deja hablar
oligopolizando la bralapa

ademàs, los poemas parecian excusas
para hablar de cualquier otra cosa
por ejemplo cine
o cuestiones que no venìan al caso
para nada

una vez, las chicas lo acusaron de machista
ante un comentario desafortunado
digamos poco feliz o directamente infeliz

empero, esas eran reuniones!
bien o mal todo era medianamente divertido
y no estas virtuales reuniones que me causan
no sè bien por què
tristeza profunda
profunda como una garganta
dorada como una lluvia
sutil
como chamuyo o poema
al oido de las bellas
cuando era muchacho
un pobre estudiante
y no tenìa absolutamente nada
salvo mi cuerpo, la palabra y
salud
fortaleza
futuro
y algo de olfato.

Lo cual me permitìa
conquistar a las bellas inexpugnables
y abrazarnos
en los parques pùbicos perdòn pùblicos
en las tardes de primavera o verano
incluso en invierno!
si no tenìamos una fucking moneda partida al medio!

Realmente, èramos pobres como arañas
y casi nos comìan los piojos
en medio de aquellos hoteles màs o menos absurdos
y sobre todo baratos.

Era pobre y lo ùnico a mi disposiciòn eran:
mi mente
mi cuerpo
el lenguaje
el baile
y los poemas de corazòn
que susurraba al oìdo de las bellas
al solo objeto de conquistarlas
en lo posible para siempre.

taller de poesia en barrio de Caballito

 Sueños en medio de la noche màs sangrienta, sueños de colmillos careados

como vampiros o vampiresas vagamente cinematogràficos, rusas ensaladas,
como distantes magnolias y escobas, peinando atardeceres, fraguando escàndalos.
Dije escobas pero podrìa haber dicho clavos, platos, ayeres, sustancias varias, diversas.

Sueños, tesoros, a pleno dìa, bajo el sol de la mañana, niños, escuelas, pueblos.
Guernica. De una escuela a otra, bajo el sol sudoroso, aulas, caminos, maestras.
Guernica, Glew, Korn, pueblos enteros bombardeados por el neo o paleo liberalismo.
Guernica, lo recuerdo perfectamente aunque a los lejos: historias, poemas, risas, countries.

El tren durante la noche o la mañana. Espera. Panchos sabrosos, chatarra comida.
Deliciosa comida basura que fatalmente me engordaba. Pròtesis dentaria. Caraza.
Villa Diamante. Jardìn. La calle estaba salada, picante. Picante y sin metàforas!

Lanùs este y oeste. Chingolo. Barrios. Barrio Santa Elena, Parque Americano.
Soldati y el premetro mientras llevaba matafuegos a la fàbrica para ser cargados.
Y mi compañero de primaria como chofer, en la madrugada infernal y angèlica, celeste.

taller de poesia Caballito 2025

 Detesto la vejez, detesto sus achaques, sus miserias, en especial, en una anònima

sociedad que glorifica la juventud. Yo tambièn fui joven, yo tambièn anduve de parranda
por las calles de la noche, al final de la noche, bajo un cielo tachonado de estrellas, llena
la luna, plena, fantasmal, como en un poema de Antonio Machado, el intitulado justamente

Noche de verano. Yo tambièn me encamè con las hipnotizantes muchachas en los màs
sòrdidos hoteles pobres, mientras afuera llovìa a torrentes y adentro de la habitaciòn en
cuestiòn, hacìamos toda clase de cosas màs o menos pecaminosas: hablar, besarnos
y nada podìa con nosotros, ni siquiera la lluvia, el torrente desatado por la ciudad.

Eso fue todo o casi todo: poesìa, poemas, talleres mecànicos y literarios, mujeres, sexo
implìcito y/o explìcito, achaques, añicos, astillas: toda clase de objetos por todas partes,
màgicos rigores borgeanos (o borgeseanos) y en la ciudad doliente, mi juventud a campo

traviesa. Mi juventud que amò a diestra y siniestra, en las madrugadas o bajo el sol del
mediodia; en el invierno màs infernal por lo gèlido: castillos de hielo y un ventanal enfrente
del porteño hipòdromo, un unicornio no azul sino codiciado epistolarmente por Manucho.

poemas de la vejez

 La cama es lugar de nacimiento, de

amor, sueños y
muerte.

Sexo crudo y explìcito con toda clase de reinas o princesas
pero tambièn el espacio de la enfermedad, el dolor, los achaques de la vejez-

Làstima haberme hecho pelota, bolsa, tomando porquerìas quìmicas
remedios peores que enfermedades
que me hacìan bolsa el estòmago, los intestinos, la pròtata, la vejiga:
me dejaban irritado durante dìas, noches enteras
sin poder dormir, soñar.

Me acostaba, me encamaba
con esas damas lujuriosas y atractivas
desdentadas a veces
finamente grotescas, elegantes en su vulgaridad.

Esas bellas desnudas que gemìan en medio de la noche
y del hotel, cuyos gritos se escuchaban en todo aquel palacio, palacete.

Nòmades, fungìamos como amantes sonrientes y desesperados, àvidamente celosos
en la desviaciòn.

Esos cuerpos de madonnas desnudos, eficaces, bellamente torneados.

Esas sonrisas y esas miradas que ya nunca volveràn
se han ido para siempre.

Y siento como la Muerte se me acerca, lentamente, pero con cierto sarcasmo
y seguridad.

La encuentro, a veces, yo tambièn, meando detràs de la esquina.

Si tan solo hubiera cambiado de colchòn a tiempo
no me hubiera hecho bolsa la cintura, en la espalda.

Muchas veces, me siento francamente estùpido: la cabeza no funciona muy bien
y repito las mismas frases cientos de veces
como si fuera algo asì como un descerebrado
como reza la canciòn
de los paranoicos ratones.

La, justamente, paranoia, a menudo, me hace cometer
toda clase de garrafales errores o simplemente toda suerte
de idioteces irremediables: es como si algo me moviera y no supiera què es:
el sexo
el inconsciente
el dinero
el mercado laboral y econòmico
el reconocimiento (Hegel mediante).

Mientras tanto, procuro escribir
poemas sin poesìa
poemas prosaicos
poemas narrativos.

La Poesìa, ¿no puede narrar, contar una historia ella tambièn
como tantas letras de canciones, romances, epopeyas?

Una cama giratoria
en el telo de enfrente de la comisarìa.

Por què diablos mi padre tomarìa cientos, hectolitros de cafè
sabiendo, imperfectamente, que le disparaba la presiòn?

Lamentablemente, al borde de la Muerte, debo despedirme de todos Uds.
Y no es una mera ficciòn, sino una absoluta realidad o verdad.

Mientras tanto, escribirè
mi penùltimo poema.

El gran poeta argentino se llama, se llamò y se llamarà siempre
Juan Peròn.

El gran poeta es el pueblo
que sin darse cuenta crea en todas partes y en todo momento
esa gran creaciòn colectiva: el lenguaje, la
ciudad.

Y què queda luego de siglos, incluso milenios?
La ciudad, el lenguaje.

Es cierto, nos compenetràbamos
nos matàbamos
en una hermosa locura
o locurita amatoria.

Lo recuerdo como si fuera ayer aunque lejanamente ...
Todas aquellas mujeres vestidas y luego se desnudaban
miràndome siempre a los ojos.

Realmente, fue un viaje maravilloso aquel
un planeta extraño y cruel
un camino bello y terrible, a la vez.

Recuerdos del planeta Tierra ...

Colchones, colchonetas donde hacìamos el amor ...
Parques, terrazas, escaleras!

Y aquellas sustancias dulces, calientes y suavemente viscosas
que salìan de los cuerpos: la àurea orina, por ejemplo.

Esas altas y rojas grietas sonrientes, esas vainas, esos peces.

Todo era màs o menos ilusorio y vagamente mental.
Meras construcciones edilicias y craneanas, craneadas durante las noches
de luna llena
o sino bajo un farol-

Aquellos bailes, aquellas milongas, recuerdo todo muy lejanamente:
aplausos incluso, sonrisas, miradas, los cuerpos finamente abrazados ...

Recuerdo todo muy lejanamente: el poema repite, tiende a repetirse como obsesiones
como grietas sagaces
como espasmos orgàsmicos o intestinales.

Hubiera querido ser joven para siempre: detesto la vejez.

Mientras los ancianos se aman en medio de la penumbra,
tras las ventanas, como un càlido secreto, como un misterio fiel.

Aquellos literarios talleres en los que leìamos durante dìas, durante
noches, como si la vida fuera interminables, mientras saboreàbamos altas
y dulces copas, copetines.

Copeteado y encorbatado, el poeta caminaba, en la foto, por la calle Florida, creo, si no
me equivoco.

Los dientes se aflojan y caen, la vista ìdem
y no soporto la decadencia de la vejez
aunque algunos autores sugieren aceptar sus consecuencias ùltimas.

Catacresis.

miércoles, 14 de mayo de 2025

poemas sobre la vejez 2025

 ni siquiera conmigo mismo: no tengo ganas, ya nada me excita o calienta

duermo mal, me despierto por las noches, tengo sueños rarìsimos
que al despertar ya ni recuerdo o los recuerdo en el momento de despertar
pero luego olvido casi todo: quedan imàgenes borrosas que no logro descifrar

me recito viejos poemas por las noches, recuerdo cosas extrañas que luego olvido:
leo libros en la cama, libros usados, viejos: escribo poemas que no lo son, poemas
apòcrifos, pseudopoemas; mastico comidas blandas, por lo general frutas, frutos
mientras miro en el televisor programas de chimentos o noticieros sangrientos

escucho voces por meet mientras escribo este poema: pronto cenarè mientras miro tv
la espada de Damocles afirma el "Señor Director" acerca de vaya a saberse què:
estoy absolutamente harto de todo y de nada, detesto la vejez, con razòn decìa mi abuela

que no querìa ser vieja: tenìa razòn pero entonces yo era solo un niño que no entendìa nada
ahora entiendo algo o todo, ahora que soy viejo y me voy cayendo de a poco a pedazos,
y me citan a una mesa eleccionaria para este domingo a las 7 de la mañana, como auxiliar

taller de sonetos Caballito

 tomando porquerìas me hice bolsa el estòmago, los intestinos

pràcticamente todo el aparato digestivo y ya no sè què carajo hacer:
me duele todo, ya no puedo dormir, especialmente por las noches
me siento francamente idiota por ser crèdulo e incauto

ya no se puede confiar en nadie, te venden porquerìas que te hacen pelota
con tal de vender venden cualquier basura y eso en la farmacia del barrio
la farmacia de toda la vida: què està pasando Dios mìo en este mundo?
los dientes de pronto se aflojan y caen, escucho gritos en la calle por la ventana

las mujeres ya no me miran o me dan vuelta la cara como si fuera un monstruo
o algo por el estilo, yo, que fui joven y hermoso, o asì al menos me parecìa, ahora
soy un viejo choto que se cae a pedazos, me ha llegado la hora parece, què porquerìa la vejez

detesto la vejez abundante en toda clase de dolencias y errores, bajè 20 kilos en 2 meses
comiendo solo fruta y verdura, huevos duros, haciendo un poco de ejercicio
miro televisiòn, leo libros, soy feliz, respiro, tomo agua, voy al baño y sobrevivo como puedo

taller de poesia gratuito en Caballito

 Soy fatalmente imbècil, segùn èl: ahora me parece

que tenìa toda la razòn del mundo, sin embargo, recuerdo una noche en San Telmo:

habìa una morocha o morena pero yo tenìa novia
por eso, no me decidìa a besarla y hablàbamos
bajo el manto de estrellas, muy cerca de la facultad neoclàsica de ingenierìa
de bueyes perdidos, no recuerdo absolutamente nada pero recuerdo que 
hablàbamos de algo, ah sì, una pileta en la ciudad universitaria, una pileta sì, ella concurrìa
allì parece, eso decìa la morocha, alta y delgada, hermosa y joven, decididamente

o aquella otra pendeja, que bailamos y lugo salimos hacia la noche, los 2 solos
pero yo no me atrevì a besarla, no sè por què, quizàs por miedo a su negativa
pero es que ella me pidiò que la acompañara a la parada del colectivo: nunca màs
la volvì a ver y no sè si muriò de amor o què: 
vaya uno a saber

y esa otra con quien viajamos en un taxi, siempre de noche o durante la noche, un taxi
un taxi hacia quien sabe donde, un hotel seguramente, algo, alguien, algas
(el tachero nos miraba por el espejo
como si se tratara de una pelìcula jolibudense
o una cierta novela policìaca, negra)

bailàbamos apretados siempre, los ojos usualmente cerrados, y sin embargo, no me 
chocaba con nadie!  rarìsimo

en fin, añoro esos viejos tiempos y no este presente en que me siento y acaso soy
un viejo choto, chocho, gagà

y como iba diciendo: talleres literarios a los que concurrìamos
con mi amigo Asdrubal Sebastiàn Carreño (je)
al solo efecto de levantarnos pendejas, pero no, miento, quiero mentirte, a decir
mentira: amàbamos la literatura, la 
Poesìa, no menos que a las pendejas, claro

còmo nos gustaban las minas, por Dios, eran una cosita tan hermosa, tan linda, 
parecìa realmente mentira que existieran sobre la faz del planeta
criaturas tan bellas
casi angelicales, angèlicas

nos desvivìamos por ellas, enloquecìamos
y les escribìamos poemas francamente espantosos por lo pèsimos (sin rima, para colmo de
males) 
o les recitàbamos al oido, previo chamuyo sutil, poemas presuntamente romànticos
de grandes autores antiguos
oportunamente aprendidos de corazòn, de memoria

por ejemplo: el otoño y los niños
por ejemplo: soneto de tus vìsceras
verbigracia: el grillo
y otros parecidos

ellas parecìan volverse locas
adentro de sus grandes tapados de piel o de cuero
o dentro de sus autos de alta o baja gama
que a veces me parecìan 
verdaderas naves espaciales por lo suntuosas, por lo 
ampulosas o confortables

yo fungìa a veces como profesor de baile
o simplemente como bailarìn profesional o amateur, segùn el caso
pero a veces llovìa a càntaros, torrencialmente todo se iba al diablo:
no tenìa plata para el hotel alojamiento, la dama en cuestiòn se ofendìa
a veces accedìa a pagar el albergue
o ìbamos a su depto, allà en San Telmo, su hermano no estarìa o era todo chamuyo, què
se yo, hacìamos el amor en medio de la noche
y sus gemidos parecìan oirse
a varias cuadras de distancia o a la redonda

ardientemente besaba su boca roja de cuarentona solitaria
que desplegaba su expertise en una empresa editorial archifamosa

o en un bar extremadamente reducido llamado Sarajevo en la calle Defensa
nos apiñàbamos para bailar unos buenos tangos
y tomar copas, copetines absolutamente deliciosos
a bajo precio

aquellas noches de 1990!

aquellas pizzas de muzzarella chorreantes y calientes!

aquellas empanadas de carne chorreantes de aceite!

humeantes! como en una televisiva publicidad
que oculta perfectamente su proceso de producciòn
mediante toda clase de artilugios y tècnicas bàsicamente audiovisuales:

poesia realista en barrio Caballito

 O al menos me siento asì: cometo

toda clase de idioteces imperdonables: prostitutas, pornografia sadomasoquista etc.

por otra parte, pierdo dientes, la vista
soy estùpidamente crèdulo, incauto, ya no se
puede confiar en nadie, ni siquiera en la farmacia del barrio de toda la vida, ni en la òptica del
barrio: te garcan mal, te sacan las muelas con tal de ganar màs dinero, te
venden

cualquier basura con tal de vender

ya no se puede confiar en nadie (ni siquiera en uno mismo)

cometo toda clase de errores garrafales y bàsicamente imperdonables:

ya no veo bien, no leo bien, la
letra de los libros es màs o menos microscòpica, por las
noches pienso en antiguas damas o damiselas que conocì antaño
en los viejos tiempos

o simplemente me las imagino al cerrar los ojos
como si se tratara de un cierto video vagamente eròtico

esto no es todo: la dentadura postiza casi se me cae al dar clase
delante de cientos de alumnos y ojos que me miran
mientras recito antiguos poemas inolvidables, olvidados
que ya nadie recuerda o casi

esto no es todo: de pronto o de golpe, me olvido de toda clase de cosas
incluso tal vez de mi nombre, todo su vuelve màs o menos
inestable, por asì decirlo, la tradiciòn se rompe en 1000 pedazos, todos
miran sus celulares en todas partes: en el subterràneo por ejemplo
mientras pasan los mendigos y nadie ya les dani monedas ni billetes
por la sencilla razòn que la mayor parte de las transacciones comerciales
o de todo tipo
se hacen mediante pagos electrònicos, tarjetas de crèdito o dèbito etc.

mientras tanto se me caen los dientes y debo ocultar este maldito hecho
mediante pròtesis harto incòmodas, yo, que fui un joven delgado y hermoso
bailarìn de contraseña
bailarìn aficionado
de tango, milonga y vals

me cuesta morder y la pròtesis a veces de repente se despega
los anteojos culo de botella para colmo de males ya casi no me sirven
y no veo un pepino: me cuesta leer mis amados libros
todo tiende a costarme un huevo y medio del otro
un ojo de la cara

esto no es todo: ando mal del estòmago y hay un montòn de cosas ricas
que ya no puedo comer, en fin, comida chatarra, esas cosas

por todo ello es que me siento muchas veces irremediablemente idiota
y trato de ocultarme: las personas parecen mirarme con cierta extrañeza
como si yo formara parte de un cierto video clandestino
que circulara sin mi consentimiento por internet
o acaso es mera persecuta mìa, no lo sè, pero a veces (paranoide) sospecho eso
yo, que fui profesor de baile
en el mediodìa porteño
en un instituto psiquiàtrico
de la Avenida Còrdoba
de esta Capital

o en viejos cines o salones
de la Avenida Boedo, los domingos por la noche: el Salòn Croata era un ex cine
cuyo piso se inclinaba levemente
y estaba repleto siempre de viejos bailarines de tango
que por las noches del sàbado bailaban
silenciosamente
los ojos cerrados
las orejas bien abiertas
metidas en el laberinto del Tango nuestro

mientras se abrazaban tempranamente
y se franeleaban dialècticamente
y se chamuyaban al oìdo
como si la noche fuera interminable

como si la noche fuera inacabable
bailaban sin parar
desplazàndose en la ronda por el borde de la pista
en contra de las agujas del reloj
cuando se estilaba usar reloj pulsera

me duele la cintura y no sè si es por falta de ejercicio
o simplemente el colchòn ya reblandecido
las palabras se me escapan
los bailarines bailan en el pasado distante, ojerosos quizàs
pero no obstante ...

en el centro de la pista bailaban los primerizos
que se dejaban llevar por la mùsica
y despuès, a comer una sabrosa pizza de muzza, muzza
allà en la esquina, mientras el mosaico nos saluda

o en el bar de la esquina
de Canning y Còrdoba

Canning, es decir Scalabrini Ortiz
aquel de los ferrocarriles
aquel del hombre solitario que espera algo
Godot acaso

tantos salones de baile, cuando tenìa mi dentadura completa
tantas milongas, cuando fui joven y hermoso
y las minas me sonreìan o me miraban
no todas, claro, algunas, digamos

se me regalaban, a veces
se me entregaban, me levantaban ...

minones infernales sabiamente escotados
faroles escandalosos
y nalgas audazmente torneadas
en el Viejo Correo
o en el Salòn Canning
o donde sea

lo cierto es que ...

todo se diluye en el aire
todo se volatiliza

pràcticamente, ya no sè quien soy

domingo, 23 de marzo de 2025

automàtico soneto nùmero 2023

 se trata de una cebolla cristalina cuyo objetivo es evidentemente

no otro que hacerme llorar a mares, a chorros; la otra noche, hice el
amor con la dicha cebolla y largaba làgrimas de esperma y sangre, o
sea semillas, o sea remolacha y familias y amor y èxitos tumultuosos y

varios; la dicha cebolla terminò siendo mi señora esposa y tuvimos unos
cuantos hijos llamados cebollitas que se dedican a patear la pelota en grandes
canchas de bochas o foot ball, patean cabezas de enemigos atàvicamente, corta
zarianamente, creo, o son pateados de vez en cuando en el trasero, por pelotudos,

justamente; por las noches, hacemos el amor con mi señora cebolla mientras los
cebollitas duermen: se acuestan temprano para ir ìdem a la escuela donde aprenden
grandes lecciones de crìmenes, asesinatos varios agravados o atenuados, adulterios,

incestos que no configuran delito porque son cuestiones de orden netamente privado, si
hay consentimiento o son mayores no hay ningùn problema, no es pecado ni pescado ni
nada que se le parezca, amo a mi cebolla y a mis cebollitas, amo a mi ama, de casa y llaves.

Soneto automàtico nùmero 102

 como en un paisaje desolado de àcida lluvia, o estomacal acidez,

como en un àmbito onìrico y fantasmal, como devenido apocalìptico o
antediluviano, como si se tratara de una de esas pelìculas en negro y blanco,
que solìan pasar en los cines de barrio mientras las parejas se abrazaban y besaban

como en espacios que se derriten o son socavados o minados agujereados como un queso
perforados como paredes en las que hay que meter un tarugo y luego atornillar o enloquecer
en esos lugares descascarados y cuyos objetos se pudren lentamente como cuando algunos
suelen afirmar en forma absolutamente irresponsable: "hay que pudrirla toda"

en esas necròpolis o sementerios poblados por millones de cadàveres agusanados
y a los cuales acuden raudamente legistas mèdicos y batallones de microbios voladores
con monumentos mausoleos ecuestres estatuas bustos Gardel y Lepera, Antonio Gasalla

esos calientes paisajes que se caen a pedazos y las mujeres juntan esos añicos con
grandes cucharas plateadas y grandes cacerolas abolladas e incluso hacen el amor
entre las tumbas durante las noches los muertos se aman en grandes orgìas sonàmbulas

poesia taller caballito 2025 domingos 49034485

 Material en el sentido de concreto, no abstracto

como ciertos poemas que detesto franca y cordialmente
por lo abstracto que son: del tiempo de la militar dictadura
poemas metafìsicos, sentimentales, en fin: abstractos.

En ese sentido, prefiero el materialismo nerudiano
incluso en los 100 sonetos amorosos, el tipo permanece atado a lo
material, Dialèctica hegelo marxista mediante, PC mediante,
pero siempre està lo matèrico, las cosas hechas por el hombre o la mujer.

Ni hablar en las elementales odas que como odaliscas van
desenroscando lo matèrico material, lo corpòreo corporal; parecerìa
que Neruda destestaba las frìas abstracciones, las entelequias, desde el

comienzo de su obra de obrero poemàtico se ve eso, se siente eso: la
presencia de las sustancias, de los elementos, los cotidianos objetos, la
cotidiana como ahora se estila o acostumbra decir, lo, en definitiva, concreto.

profesor particular literatura y baile tango Caballito 49034485

 Todo ha terminado acaso para siempre:

la muerte me espera a la vuelta de la esquina
tengo toda la muerte x delante y x detràs.

Esto no es todo, x ahora: la maldita vejez y sus achaques
las minas increiblemente hermosas que no te llevan el apunte
no te dan ni 5 de bolilla, pelota
en fin, no me prestan
ni 2 segundos de su amable y distinguible atenciòn
mientras observan o hablan por su telèfono celular, miran
toda clase de efìmeros videitos que se repiten una y 1000 veces
o en su defecto escuchan la bazofia musical
que tambièn repite un ritmo alienante y enloquecedor
supuestamente alegre y popular llàmese cumbia reggaeton cuarteto
y sus variantes màs o menos ligeras
que desconozco totalmente

la vejez y sus malditos o fucking achaques, enfermedades varias:
dolor de cintura o de estòmago, ayunar, comer poco y bien, en lo posible
no masturbarse por las noches o durante la siesta de forma plenamente compulsiva
orinar dentro del tarro (sentarse si es posible para no pifiarle)
las minas ni se mosquean, ni hablar de eyacularles piropos (eso està prohibido, se
considera callejero acoso, un gènero ciertamente en vìas de extinciòn el antiguo piropo)

ni bien me ven, de inmediato miran para otro lado o hacia el piso,
dan vuelta la cara en un evidente corte de rostro o incluso
en el peor de los casos
ponen cara de asco, de
repulsiòn.

Estos son los avatares y desventuras
del verde viejo.

Entonces, me pongo a recordar los viejos tiempos
los buenos viejos tiempos
en que levantaba minas a diestra y siniestra
en los bailes, las milongas
no dejaba tìtere con cabeza
volteaba muñecas que daba miedo
tenìa ergo quilombos varios
con minas y tipos
que me increpaban por las calles
o simplemente me querìan trompear

Tiempos aquellos!

Bailaba tango y otros ritmos como rock
pero especialmente el tango
durante noches enteras
durante dìas enteros
desde la mañana hasta altas horas de la noche
hasta que las velas no ardìan
o hasta que se me quemaban las pestañas
incluso me pasaba de ir con una hermosa al hotel màs cercano
y luego de un par de horas
volver a la milonga

el sexo es infinito
y la juventud tiene una potencia sin igual
arrolladora

y bailaba durante dìas enteros
sobre todo durante las vacaciones de verano
por el solo gusto de hacerlo
o a veces a cambio de unos mangos, monedas, billetes

exhibiciones de baile, clases grupales y privadas, shows (show time!)
exhibiciones en fiestas de casamiento o en aniversarios
o en cumpleaños de 15

viajes en trenes, en colectivo, en subte, en taxis o en remise

copetines, brebajes, copas, tragos varios

en salones llenos de humo de cigarrillo

y luego a dormir en alguna parte
para descansar de esa vida bohemia y nòmade


hoy recuerdo aquellos tiempos en que era feliz sin saberlo
y mi juventud se desenroscaba y destejìa
en sagaces movimientos
inquietantes pasos
doradas figuras
borroneadas por el tiempo

sentado en el balcòn recuerdo aquellos tiempos
en que esto mismo solo era una letra de tango

taller poesia erotica Caballito domingos

 Relaciones absolutamente ambivalentes (al decir de Freud, Sigmund) eran las que

tenìa con la famosa Liliana Judith Q. (por razones obviamente evidentes
y para evitar, dentro de lo posible, probables procesos legales, penales)

Ardientemente me atraìa su atractiva figura
pero su manera de ser (moral, èticamente hablando) me parecìa francamente
detestable, no soportaba
verla comer sola, deglutir ruidosamente, sorber y absorber a grandes y estruendosos
sorbos
toda clase de bebidas, brebajes, alcohòlicos o no.

Y como condiciòn ineludible para la concurrencia al hotel màs cercano
a los efectos de hacernos mutuamente el amor, sorbernos y absorbernos, chuparnos
recìprocamente etc. parecìa poner, oponer, como requisito previo e infalible
la concurrencia a la parrilla màs cercana (sita en en Avenida Diaz Velez y Acoyte, de esta
(y este) Capital, para màs datos,
donde procedìa a cortar y masticar en lenta càmara, grandes trozos
de carne, llena de esos condimentos que suelen aderezar en estos gastronòmicos
sitios. Luego,

con todos estos sabrosos aromas en su boca esplèndida
(a què negarlo: era una bocota para comerla toda a besos, roja y perfecta, modèlica)
nos dirigìamos caminando al hotel màs cercano
sito en un pasaje a la vuelta y casi enfrente de una estaciòn de servicio
con su olor a nafta, aguarràs etc.

Allì hacìamos el amor.

Su cuerpo era opulento y magnànimo
de grandes pechos llenos de sabrosa leche materna
que ansiosamente esperan ser chupados y succionados a màs no poder
hasta el final: era una lady de
grandes gemidos que llenaban todo el espacio del hotel
y no exagero, no es hipèrbole: estoy seguro que se
podìan escuchar
a varias cuadras a la redonda
en medio de la noche y su silencio de sàbado.

Recuerdo exactamente como me gustaba chupar aquella boca roja y perfecta
aquellos senos grandes y puntiagudos
aquellos vaginales labios
aquellos clìtoris
aquella vulva
lejana en el tiempo
y que me genera una total nostalgia

en efecto, extraño aquella extraña mujer que me generaba
ambivalencias y ambigüedades varias
dignas de Catulo
Horacio
Freud
et toutes les autres
sin ir màs lejos ni cerca.

Despuès a dormir a su casa
ubicada al fondo de una inmobiliaria de Caballito
en la que procuraba ella vender o alquilar
toda clase de propiedades
durante la semana
y en la cual a veces cenàbamos allì
suculentas empanadas de carne, pollo, jamòn y queso etc.
que dejaban el ambiente impregnado de acres
aromas
y luego dormìamos en los grandes colchones
o en la habitaciòn o cuartito del fondo
repleto de toda clase de libros de poemas
primeras ediciones incluso
o acerca de otros temas como reiki, marxismo, acupuntura, programaciòn
neurolingüìstica, counseling, psicologìa genètica y
similares.

poesia erotica buenos aires capital taller

 Por aquel entonces, el amor adoptaba formas decididamente lascivas

que paso a tallar con todo detalle: òsculos memorables de toda laya y prez;
se plasmaba
en ardientes besos grandemente salivales: todo eso fluìa en forma de viscosos
fluidos de toda especie, gelatinosos, entre otras formas:
abrazos, grandes abrazos mutuos y nuevamente ardientes
(como si no existieran, acaso, otros adjetivos)
mordiscos incluso
incluso amorosos cachetazos depravados
y grandes y largos juegos sinuosos y absolutamente perversos
bàsicamente lujuriosos
llenos de fuego,
fuego y menstrual sangre lunar, lunàtica.

Esos amorosos lìquidos extraidos del cuerpo
con sus penetrantes aromas
entremezclados con perfumes y almizcles ciertamente baudelarianos
me importaban un bledo
3 carajos
un ràbano
un pepino

por el contrario,

esos olores corporales me volvìan loco de dicha, loco
de remate, al punto tal que

se plasmaba, por otra parte, en formas tentaculares
como si se tratara del monstruo de Victor Hugo
en los Trabajadores del Mar
el cèlebre alegremente Kraken
el azul unicornio que en cartas dirigidas a la familia
tanto ansiaba Manucho para su novela homònima

ese unicornio estaba parado en el gran comedor familiar
frente al Rìo de la Plata y al Hipòdromo de Palermo
esa carta estaba aplastada por un vidrio
pero se leìa perfectamente, sin ninguna clase de
inconveniente.

Y esto no era todo, decididamente: ademàs,
eran como grandes falos propuestos a la mirada del pùblico
lector. Pero no nos vayamos por las ramas y volvamos al centro de
nuestro poema: como iba diciendo, el amor adquirìa las siguientes formas
màs o menos vagamente siniestras, o no (todo da lo mismo, todo vale)
pero totalmente legìtimas: juegos

àvidamente sadomasoquistas y plenamente perversos (de mutuo acuerdo, eso sì)
consistentes en amordazar, vendar ojos, encintar con cinta adhesiva a la cama o
alrededor de una camilla, como una suerte de egipcia momia cinematogràfica, digamos

jolibudense. Cinturones, fetichismo abstracto, stilletos, botas bucaneras de grandes altos
tacos (para ser clavados en la pantalla del televisor o la computadora) largos guantes negros
(dedos cerrados) de lycra o terciopelo o en su defecto, rojos, rojos
a màs no poder, como una llama, una llamarada sangrienta, màs o menos cruel, crudelìsima.

Y luego el agotamiento total, quedarnos dormidos como 2 tortolitos,
desnudos y abrazados, en medio de la noche.
en medio de las sàbanas,
en medio de la habitaciòn deshabitada
de blancas paredes descascaradas
y repletas de grafittis.

Bajo los grandes espejos enmohecidos que reflejaban
aquella desnudez, aquel abrazo.

Y dejarse llevar por la Palabra
o mirar por la ventana el Palacio de los Juegos, justo enfrente
o mirar aburridos pornogràficos videos
tan aburridores y monòtonos
como el Marquès de Sade.

Cuantas desnudas parejas pasaron por aquellas hoteleras habitaciones,
aquellos cuartos desconchados
aquella piezas lujuriosas y violentas
llenas de gemidos y abismos varios
llenas de aullidos e imàgenes eròticas
bellamente obscenas
como si se tratara de una teatral escena
como un recòndito escenario nocturno.

Ahora, yo creo que este poema no da para màs
y por eso lo dejo aquì
porque ademàs en algùn momento hay que parar
dejar de escribir

escribir cansa

Pavese mediante

taller poesia sabados domingos 2025

 es extraño pero con ella no recuerdo el amor en la cama

sino ciertos paseos por arbolados barrios residenciales
en las tardes del domingo porteñero y letal

largas caminatas tomados de la mano por grandes avenidas
durante las noches, mientras ardientemente nos besàbamos en la boca
y cerràbamos los ojos o nos miràbamos loca o tenuemente hipnotizados

o los grandes recitales de poesìa los viernes o los sàbados por la noche
mientras otra vez nos besàbamos ardientemente para bronca de los otros
se nos hacìa agua la boca, compartìamos nuestras salivales glàndulas
y todo aquello que, de pronto, emergìa de nuestros mutuales cuerpos

esto no fue todo: los coitos compartidos en los sòrdidos y lùgubres hoteles
las cenas en los bodegones màs infectos y guturales
o en las parrillas màs concurridas de Urquiza o Villa Pueyrredòn, por ahì cerca
los abrazos en los bailes repletos de bailarines como una manifestaciòn o Cannas

taller poesia 2025 Caballito 49034485

 Vengo del recuerdo y al recuerdo voy

como quien vuelve del pasado
es una bruma vaga la memoria

se compone de mujeres, ànforas sagaces, ciertos escombros
y mucho màs, o no mucho màs, ni menos: algunas cuevas, sabrosas
làmparas de seda en oscuras habitaciones, variaciones musicales y

temàticas: escobas, cacerolas abolladas, porcelanas rotas.
Diversos materiales que me encadenan al mundo, huyendo
de los abstractos y antològicos poetas de la època dictatorial
que dictaban el cànon y determinadas ortodoxias poemàticas

y caseras: escondidos detràs de sus poèticas y entelequias,
diplomaban la vida desde su cargo burocràtico en lejanos paìses:
con su sueldo les alcanzaba para vivir y morir dignamente, supongo,
quiero creer y sin embargo, amo a esos poetas, no sabrìa decir por què, o tal vez
sì.

jueves, 6 de febrero de 2025

Anti autoayuda

 Para ser cada dìa peor y terminar pronto

se recomiendan los siguientes trucos, o consejos o como se llame:

fumar como un escuerzo a màs no poder
arrojando humo a la cara de los parroquianos
los comensales,
los invitados a una fiesta famosa
fumando un cigarrillo negro atràs del otro
de modo de tener un olor y un aliento
francamente repugnante
de suerte que todos se alejen de uno: la familia
(nada queda en familia)
los amigos
las novias y amantes
todos y todas

otra sugerencia interesante: tomar y mezclar
toda clase de alcoholes: cerveza, vino blanco y tinto, sidra etc.
de manera de ofrecer la triste, tristìsima imagen
de un borrachìn empecinado
un ebrio empedernido y sin remedio alguno a la vista
al borde mismo del tremens delirium
es decir que ve toda clase de alucinaciones
auditivas, visuales, olfativas etc.
y delira a màs no poder
es decir que dice toda clase de estupideces
como una especie de ametralladora de idioteces
en vos bien alta, por otro lado
toda clase de improperios, exabruptos y palabras soeces
de esas referidas al cuerpo humano y a las sustancias que suelen salir de èl
(no entraremos en detalles)

acostarse con toda clase de prostitutas y prostitutos
de modo de contagiarse toda clase de enfermedades infecciosas y venèreas

tomar toda clase de drogas y estupefacientes etc.

pero en especial, entregarse al consumo de la droga màs poderosa y adictiva:
el
Sexo
que como una espada de Damocles
se cierne sobre nuestros corazones y cabezas
y nuestros sexos màs o menos erectos
haciendo la vida imposible de sobrellevar

estos son mis consejos de anti autoayuda
para hacerte la vida màs breve
en caso de que no gustes o no te animes al
suicidio

en este sentido y no en otro,
se recomiendo la atenta lectura del escritor rumano
Emile Cioran
o
de
Eugene Ionesco
tambièn rumano

Ùltima recomendaciòn o sugerencia
leer todos los libros de autoayuda que se pueda
gastarse todo el miserable salario en ello
luego de trabajar hasta 18 hs. al dìa
sin poder dormir
vìctima del màs atroz de los insomnios

Con esto ùltimo tiene el final màs que asegurado.

Si esto no da resultado
sugerimos el plan B:

concurrir a la Iglesia màs pròxima a su domicilio
todos los dìas, todo el dìa:
rezar durante horas
hacer la confesiòn
en varias iglesias de la localidad
hasta volverse totalmente loco de remate
loco furioso
o de lo contrario, mirar horas y horas durante muchos dìas
el aparato de televisiòn
hasta hacerse pedazos la vista
etc.

Discutir en el trabajo con su jefe
insultarlo o pegarle incluso un cachetazo
de modo de ser despedido sin indemnizaciòn alguna

Profundizar en el màs absoluto de los fracasos
hasta alcanzar la total perfecciòn

Etc.

domingo, 2 de febrero de 2025

taller de aforismos Caballito 2025

 La sangre con letra entra.

En aula cerrada no entran las moscas.
El alumno por la boca vive.
Galàn mata billetera.
Crìa alumnos y te comeràn los ojos.
Alumno que aprobò, volò.
A nota regalada no se le miran los dientes.
Mejor aprobado en mano que 10 volando.

El aula no se mancha.

taller de cuentos surrealistas 49034485

 Solìa pasarme que no podìa controlarme y me tiraba pedos, flatos (flat, flatus) en los lugares màs inverosìmiles o inadecuados: al hacer el amor, en el ascensor, en la playa, en reuniones sociales, dictando o dando càtedra de temas que desconocìa por otra parte en forma màs o menos absoluta o total y en otros sitios que el lector guste de imaginarse.

Es decir que al sonido se le sumaba el consecuente olor, mejor dicho, mal olor, o peor.
Lo peor del caso es que despuès de un tiempo no podìa controlar el maldito esfìnter y me hacìa encima ya sea orinando o defecando o las 2 cosas a la vez, juntas. Pero por suerte esto sucedìa en mi dulce hogar o llegaba a tiempo al toilette e inodoro (Pereyra) pero por ahì (o por ay!) no habìa higiènico papel pero gracias a Dios y a la tecnologìa digital y artificial inteligencia, me comunicaba por el celular con mis gomìas que me alcanzan el dicho papel: de pronto, afortunadamente, veìa arriba de la puerta una mano con el dichoso papel.
Si esto no ocurrìa apelaba a determinados libros que traìa por las dudas, preferentemente la obra completa de Orozco o autores parecidos o similares. (Sì ya sè que significan lo mismo pero me divierto hinchando las pelotas con pelotudeces, boludeces).
El maldito cafè, la leche me hacìan mal. Solo podìa tomar agua (sin gas).
Con el significante no se jode, como dice mi ex amigo Ricardo Strafacce.
Por el momento ando màs o menos bien si no no estarìa escribiendo esta chotada berreta y sobre todo, pedorra.
Pido disculpas a diestra y siniestra y me declaro totalmente culpable.

taller de narrativa surrealista 49034485

 Me metì un dedo en la colita y desde entonces no lo he podido sacar y de esto hace bastante tiempo y ahora vivo encorvado con el dedo en el culo, en el orto, en el esfìnter.

El problema es que en algùn momento tendrè que ir al baño y no puedo andar encorvado y con un dedo en el ano (ano, Ana) de alguna manera me lo tengo que sacar.
Esto me recuerda una historia inverosìmil que me contaba Tito Bardi en los viejos tiempos: perros que luego de fornicar, no podìan despegarse y humanos amantes que les sucedìa algo similar: la historia me parecìa bastante inverosìmil pero me gustaba còmo la contaba Tito: solìa pasarme que me contara pelìculas y despuès me gustaba màs el relato de Tito que la pelìcula en cuestiòn.
El tema es que con un poco de jabòn y otro poco de miedo saquè finalmente el dedo del recto. No fue tan dificil despuès de todo o nada.
No fue tan dificil, incluso fue fàcil, demasiado.
Al que no vi nunca màs fue a Tito: hace años, añares que no lo veo.
Ya debe haber muerto, seguramente.

escritura automatica surrealista 2025

 En un micro, bastante largo y grande por otro lado, de hecho de 2 pisos: se subìa por una escalerita de caracol y mirabas el paisaje urbano o suburbano (el profundo interior que era exterior) a travès del vidrio de la ventana del micro (que era como dije al comienzo, bastante grande y alto y largo). Y eso era todo o casi nada: eso fue todo lo que ocurriò o sucediò.

Nada que nadaba. En la piscina o pileta.
O como diablos se llame o diga o conozca y reconozca.
Nada que nadaba en una especie o suerte de gelatina cuadrada y transparente.
Con muy pequeñas olitas.
Y arriba un techo medio roto.
Yo me sumergìa en esa gelatina de cristal.
Generalmente, por las tardes.
Era ergo un micro algo macro. Magro.

taller de surrealismo prosa y poesia 49034485

 nos sentamos en la mesa de un bar a mirarnos y arrojarnos palabras: como en un sueño hablàbamos mientras fumàbamos y tomàbamos cafè o ciertos copetines cuyo sabor no recuerdo, dos mujeres me miraban sonrientes, y con cierta indeterminada sorna, creo, me miraban y de a ratos me besaban, me pedìan cosas, extrañamente luchaban entre ellas por mi culpa, creo, quiero creer, espero no equivocarme o sì: luchaban por conquistarme mediante miradas, sonrisas, juegos de manos, vomitaban sueños palabras poemas miradas sonrisas, arrojaban toda clase de cosas como dardos invisibles, como rayos televisivos o historietìsticos, còmicos comidos. A razòn de muchas palabras por segundo y como vengo diciendo miradas sonrisas orgasmos orquestas gusanos hermanos. En rigor de verdad, alucinaban, frecuentemente deliraban, craneaban sutiles venganzas y toda clase de represalias. Me echarìan del trabajo o jotraba, me hostigaban, me deliraban, me psico pateaban, me dormìan, me descansaban y desayunaban. Creo, quiero creer, espero no equivocarme pero ellas tiraban pasos y palabras, sueños e imàgenes de toda clase, imàgenes televisivas, foto y cinematogràficas, en hora buena, o mala. Y al final, sin la torta y sin el pan.

Como quien dice o desdice.

taller de prosa surrealista 49034485

 Un tenedor no tiene nada, es solo un instrumento, un utensilio, un cubierto, o algo por el estilo, digamos; un tenedor està protegido por ley de lo contrario no tendrìa nada, se lo sacarìan todo frecuentemente, con una frecuencia espeluznante, insòlita, quiero decir o desdecir: los chorros, vamos, chorros de chorros chorrean y chorean los rochos, ronchas, y esto no es todo, pero casi: no tengo nada y eso me hace màs o menos libèrrimo por no decir libertario, por no decir liberal o neoliberal; imàgenes: fotografìas desconsoladas de 2001: que se vayan todos etc. pero no se fue nadie o en todo caso, en cualquier caso volvieron, y eso fue cualquiera, cualquier cosa mariposa. Ojo al piojo. Bueno, como iba desdiciendo: un tenedor no tiene nada o muy poco: la onda es no tener nada, cuando menos tenès mejor: què catzo te van a robar, a bolsiquear, a rapiñar? Nada, ok?


Un tiempo un tenedor fue algo directamente diabòlico, digamos en la Edad Media, en el Medioevo que le dicen (por estar entremedio) con sus catedrales, vitrales y etc. Còmo te vas a meter eso en la boca, dicen que decìan los medievales, capturados por la Religiòn que no ligaba nada como hoy estamos atrapados en la aràcnida red massmediàtica.

De pronto me acuerdo que en medio de un monumento màs o menos monumental, nos besàbamos rabiosamente como amantes enloquecidos, como amantes electrocutados: nos miràbamos a los ojos. Luego hicimos el amor en la cama matrimonial y patrimonial de mis antiguos biològicos padres. Hicimos el amor, bien digo, o maldigo.
Destejimos el amor.
Deshilvanamos el amor, el hilo del amoroso relato o relaciòn.

Y decididamente no tenìamos absolutamente nada de nada, salvo, excepto a nosotros mismos ...

Y el relato o relaciòn se iba apagando lentamente ...

Nunca màs volvì a verte a pesar que te habìa regalado (o por eso mismo) un libro de relatos ...

talleres de baile y literatura Caballito 49034485

 en los grandes salones de fiestas y de bailes

de fines de siglo y de milenio, incluso
llenos de parejas de bailarines
y de espectadores que rodean la pista y observan con debida atenciòn
a las grandes parejas de bailarines
que se desplazan formando una ronda por el borde de la pista en cuestiòn
(en contra de las agujas del reloj se desplazan lentamente)
o simplemente bailan en el lugar
dependiendo esto ùltimo del baile de que se trate:

evidentemente no es lo mismo bailar tango
que salsa
vals vienès que se estila y acostumbra en los cumpleaños de 15 años
o en las bodas
que reggaeton
o los bailes de moda en la actualidad
el ùltimo grito o aullido

los espectadores, sentados, observan a los bailarines,
mientras fuman y sorben
toda clase de copetines y brebajes con alta densidad de alcohol

o parados en la barra
los tipos miran a las minas màs hermosas del mundo
y del barrio
o como mìnimo del baile en cuestiòn
el baile susodicho
(aunque no tenga la menor idea de què signifique esta expresiòn
pero suena rebien)

los grandes salones bailables llenos de humo y risas
y sonrisas y en
especial, miradas magnèticas
en medio de la niebla y una semipenumbra insidiosa

y còmo bailaban los grandes y famosos bailarines
famosos al menos en ese ambiente:
algunos
bailaban con 2 minas a la vez: toda una proeza
los hèroes del baile
pero las minas bailaban tambièn tan bien como èl
de otra forma eso no hubiera sido posible

el tema es que en los bailes de pareja
dependès de tu partener:
no podès bailar con cualquiera
o sì
pero el baile sale forzado
si no te llevàs bien
porque tu pareja puede bailar muy bien
pero si no congeniàs ...

yo tambièn desde la barra
con una copa en la mano
y un faso frecuentemente en la otra mano
solìa mirar a las grandes parejas de bailarines
de fines de siglo
incluso de milenio
y entonces
me daba no sè què salir a la palestra a bailar
a batallar
pero de todas formas era medio caradura
y salìa a bailar con las grandes bailarinas profesionales
y realmente era como hacer el amor
aunque verticalmente
seguramente ...

y por ahora
no tengo mucho màs para decir
para agregar

salvo, excepto que ahora me doy cuenta
que era el tipo màs feliz del mundo
en aquellos bailes de fines de siglo y milenio
y no lo sabìa entonces
no tenìa la menor idea
y ahora ha pasado mucho tiempo:
siempre es demasiado tarde ...

poesia romantica argentina 2025

 La melancolìa y el alcohol de las parejas de enamorados

en las tardes del invierno
cuando caen las grandes hojas
ellos se abrazan a los efectos de atemperar
esa furia
que los corroe por dentro

con el objeto de sencillamente morigerar
ese sucio o lìmpido dolor que los carcome
como un àcido invisible o una enfermedad
que no se deja ver
pero que asume insidiosamente
esa gloria de estar simplemente vivo
y hablar

esa mirada que mira a los enamorados desde adentro
y no les permite engañarse mutuamente
no les permite atenuar esa hermosa angustia: el Tango
(al decir de Juan Carlos Copes
recientemente fallecido)

ese gran y extremadamente elegante bailarìn
que con su pareja Marìa Nieves
llevaron al Gotàn por el mundo conocido
y desconocido

esa bella angustia que atraviesa a los amantes como elèctrica corriente:
el Tango
que como un sueño de dioses
nos hace menos infelices
o tan solo por un instante nos hace olvidar de esa
hija de re 1000 putas
la Muerte
que se cierne como una espada de Damocles
sobre nuestros sueños y cabezas
como si no alcanzara con trabajos
y salados salarios absolutamente miserables
que nos hacen la vida y la muerte imposibles
como si no alcanzara con los achaques y mortificaciones varias
de la vejez y la enfermedad
irremediables.

poesia amorosa argentina 2025

 los grandes o pequeños poemas que nos hablan del mar

el mar que amabas siempre en medio de habitaciones de paredes blancas y desnudas
a veces descascaradas
y grandes espejos enmohecidos que parecìan mirarnos
desde otros mundos

la tristeza nos unìa y el silencio
en medio de las grandes pizzerìas de fines de siglo
repletas de humo y comensales sinuosos
llenas de rumores y palabras y gritos y carcajadas

el silencio nos unìa
en medio de los grandes salones de baile llenos de parejas de bailarines
y de espectadores sentados en las grandes mesas que rodeaban la pista de baile
y de varias mozos y mozas que caminaban raudamente con sus grandes bandejas plateadas
en busca de un parroquiano famoso
munido de grandes dineros
que seguramente dejarìa arriba de la mesa
suculentas propinas

nos sonreìamos en medio de muchedumbres en las calles cèntricas
o en medio de los grandes barrios residenciales vacìos
rodeados de grandes y altos àrboles centenarios
que rumoreaban segùn el viento
lloviznas y murmullos
y extraños murmurios antiguos

nos besàbamos mediante interminables y antiguos òsculos
cuyo gusto es indescifrable
y tambièn bailàbamos en medio de la pista
en su centro exacto
en medio del torbellino de bailarines
que se desplazaban como grandes constelaciones o mirìadas
en contra de las agujas del reloj
como un huracàn de bailarines
un tornado de bailarines
vagamente milongueros
arduamente tangueros

y asì transcurriò nuestra juventud:
en medio de salas y pizzerìas llenas de humo y amplias carcajadas
entremedio de multitudes de parejas de bailarines
y en medio de pequeñas piezas de mùsica
y de habitaciones llenas de gemidos y murmullos y aullidos
y de toda clase de extraños sonidos y ruidos
que desafìan toda explicaciòn cientìfica
o de las otras.