viernes, 3 de enero de 2025

Cuando sale la luna, en su corcel

 Como un fantasma me deslizo por las calles procurando

pasar desapercibido, como si fuera el invisible hombre
o algo parecido.

Como un fantasma gris o tanguero,
me deslizo por la angustia, por la tristeza
como si se tratara de una crìtica masa, las gentes
parecen mirarme de reojo, apenas me ven
miran para otro lado, me dan vuelta la cara, el rostro
me cortan, la jeta, literal litera.

Esto no es todo: como si fuera una especie de monstruo anormal,
detesto la vejez, ni los viejos quieren a los viejos,
yo, que fui joven y hermoso y lleno de bellos ideales
como dijo el antipoeta.

Y no muriò al amanecer el poetastro, sino màs bien de noche,
como Gay Williams el Zorro, mirando su propia serie e imagen
en un aparato de televisiòn en blanco y negro, solo en una habitaciòn
del barrio porteño de Recoleta, mientras su cuerpo se descomponia irremisiblemente
èl que habìa sido todo un heroe
que habìa luchado contra toda clase de impostores y bandidos
en los desiertos de la California española
linderos al pueblo de Los Angeles.

Mientras luchaba contra su propio destino y afuera llovìa a càntaros
como si solo se tratara de una noticia fatal en un diario matutino
o vespertino
o en el sangriento noticiero del mediodìa
o de la noche.

Rumor de espadas
y de chasquidos de besos
lengüetazos furiosos
besos de lengua
con las actrices telenovelescas.

Traidores amordazados y encadenados a su maldad
o a sus vicios, como un balde agujereado o simplemente sin fondo alguno
matronas desvanecidas
y doncellas desmayadas luego de una mirada encantadora
y de un beso igualmente encantado.

El gordo sargento y el cabo crèdulo
suelen emborracharse juntos en la taberna del pueblo
mientras los parroquianos rien a carcajadas
o se baten a duelo.

Muertes a diestra y siniestra
como si la vida no valiera absolutamente nada.

Hollywood al por mayor y menor,
Disneylandia enloquecida como un loco furioso.

Vèrtigo horizontal y llanuras estremecidas de goce.

Orgasmos desprevenidos.

Orgìas improvisadas.

Mujeres de pronto desnudas
cuya desnudez fuera un astro
en medio de una habitaciòn cerrada.

Cuyos vestidos caen de pronto
en torno a sus pies.

Sonrisas màs o menos elocuentes
miradas vagamente turbias.

Y el criado presuntamente sordomudo
que no es màs que un actor secundario.

Pero hasta los actores secundarios son buenìsimos,
lo cual es una verdad
relativamente absoluta
e incluso los villanos son super educados
no como en estos tiempos calamitosos
en que muchas personas no se dignan saludar
ni responder el saludo
o saludan de mala gana,
de mala manera:
como haciendo un favor.

Saludo si me saludan, afirman.
No tengo por què saludar, responden como en un murmullo.

Se parecen a ciertos mal educados que almuerzan
con la gorra en la cabeza.

Zorro, zorro, su espada no fallarà ...

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