viernes, 3 de enero de 2025

cursos poesia Caballito sabados domingos 49034485

  Soledad, llovizna, frìo ...

y nosotros los muchachos bailando en ese lugar lòbrego
y sucio.

Sexo, droga, rock:
todos los comunes lugares habidos y por haber
todos sitios màs o menos siniestros, patèticos, bàsicamente
grotescos, impresentables francamente.

De todas maneras, concurrìamos a dichos salones de baile
a los efectos de levantarnos una señorita
de ser posible
y de no ser posible, tambièn, quiero decir,
digamos.

Con el objeto de encamarnos
acostarla
dormirla
descansarla
rescatarla
guardarla.

Oscuridad, llovizna, frìo:
calentados por un cuerpo desnudo
entre los brazos, abrazos, brasas.

Ojos que nos miraban
ahora ya no
las namis me ven
e inmediatamente
desvian la mirada
dan vuelta la cara, la cabeza toda.

Y es que ya no soy hace rato
un joven vagamente hermoso
sino un jovato
que se cae a pedazos.

Ahora me toca a mì.

Pero entonces no: bailaba sin parar
todo el santo dìa
volteaba muñecas que daba miedo!

Me felicitaban "por mi nueva conquista"!

Tenìa que hacer malabares
"para que no se me juntara el ganado".

Era decididamente, sin saberlo,
un machista empedernido
un machirulo empecinado.

Me apodaban
por aquel entonces
"el gordo siniestro".

Lo cual me causaba
muchisima gracia, desgracias.

Aventuras, venturas y desventuras
del dogor ominoso ...

Ya a los 23 pirulos
gozaba de una panza ubèrrima
que desde entonces
no he podido aplacar jamàs
a pesar de haber hecho
toda clase de dietas, ejercicios fìsicos de toda laya.

Pero todo era inùtil.

Y todo eso mientras escuchaba
a Igor Stravinsky.

De todas formas, adoraba
aquellos antros màs o menos siniestros
aquellos hoteles alojamiento de mala o buena muerte
aquellos salones de pacotilla
cuyas paredes estaban friamente descochadas
y cuyos espejos ya enmohecidos
apenas alcanzaban a reflejar
nuestros rostros sonrientes
y vagamente demonìacos, malditos poèticamente
aquellos exquisitos cadàveres.

De todas maneras, bailàbamos unos buenos tangos, milongas
valses llamados criollos (no vieneses).

No vieneses: aquello quedò para algunos años despuès
cuando
por algunos pesos
daba clases particulares de baile
para padres padrinos madrinas madres
y cumpleañeras de 15
o novios sencillamente, novias, arqueros
de futbol
por las tardes del domingo o del sàbado
a cambio de algunos pocos pesos.

O sino daba clases particulares de rock and roll
a parejas, a mujeres u hombres solos
que deseaban aprender aquellas enloquecedoras danzas
a los efectos de, en rigor de verdad, ir a bailar a un boliche
los sàbados a la noche
y conocer sonrientes damiselas, secretas viudas
negras
o
blancas.

Misteriosas mujeres con sus ojos brillando en la oscuridad
entre el ruido ensordecedor y el humo de decenas de cigarrillos
mientras los comensales bailaban y charlaban
o se atragantaban
con exquisitos manjares
o soberbios copetines.

Ello solìa suceder
en la vieja New York City
mientras yo miraba a las pendejas que bailaban
arriba de un parlantes
retorciendo sus cuerpos
en una suerte de transe vertiginoso
una especie
de locura extàtica y danzante
o rodante
o radiante.

Mientras las luces giraban alrededor
como ojos desorbitados y enloquecidos
y una mùsica primitiva y ensordecedora
nos rompìa los tìmpanos para siempre.

Esto no es todo: a la salida
nos dirigìamos con rumbo desconocido
hacia los hoteles y albergues màs grotescos y pròximos
con el objetivo evidente
de alcanzar ese relàmpago inaudito e interno
ese rayo interior, ese dulce cataclismo: el

orgasmo

que como un dulce placer intenso y efìmero
daba sentido a nuestras vidas plenamente absurdas
grises y medianamente rutinarias
transcurridas durante la semana
en oficinas, escuelas o simplemente en las calles
procurando vender toda clase de baratijas
como corredores inmobiliarios
o corredores a secas

Y ciertamente corrìamos la coneja!

Vaya si la corrìamos!

Pero tambien nos corrìan
literalmente hablando!

Porque muchas veces
pagàbamos el pato justos por pecadores
ya que algùn desfachatado estafador
habìa llegado y pasado
poco tiempo antes de nosotros ...

Casi nos recontracagan a trompadas!

Eso durante la semana.

Los sàbados por la noche
otra vez a bailar sin parar toda la noche
hasta que las velas no ardieran
procurando levantar y encamarnos
con alguna hermosa
con alguna futura ex novia ...

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