Por las noches, va en busca de incautas vìctimas
para drenarles toda la sangre, succionar ardientementela vena aorta y demàs veneno en las venas, y demàs mordiscos o
besos en todas las zonas erògenas, es decir, en todo el cuerpo
pues todo el cuerpo humano carnal, esa figura o silueta es todo
un cuerpo erògeno, inusitado siempre, rosa carnal, bulbos y vulvas
grietas, minas, mininas, ardientes placeres tanàticos: aquì entra la
mortal pulsiòn, la inmortal, pesada y etèrea, fèrrea, petrea como una
Constituciòn, nacional, o provincial, segùn. El porteñero vampiro drena furiosamente
enloquecida, silenciosa, en un vèrtigo de sangre, chupa esas venereas venas y arterias,
hinca sus colmillos en el cuello de minos y minas, en el tierno cuello de las bellas, hinca no el
pie sino sus colmillos dignos de un vampiro con sus jetras tràgicos: nuestros sueños adoptan
formas vagamente cinèfilas o televisivas incluso en formato video clip o video juego:
continuidad de los sueños: mis ojos inyectados en sangre, sangre lunar y menstrual: fiesta.
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