Al borde del acantilado, discurrimos por vagas bizantinas discusiones
que no vienen a cuento o acaso sì: pero no las recuerdo exactamenterecuerdo eso sì perfectamente que eran cuestiones de ìndole actual
es decir que no servìan absolutamente para nada
hablàbamos por hablar, discutìamos a los gritos solo
por el placer de discutir, divagar, mentales masturbaciones
onanistas intelectuales o màs bien pseudo intelectualoides
Al borde del precipicio, charlàbamos acerca de las ùltimas noticias
que al dìa siguiente ya serìan obsoletas
con una obsolescencia frìa y dura, totalmente ineficaz
aunque eso sì, de una ineficacia plenamente estètica, artìstica incluso
Y al borde del abismo, ignorando no obstante ese hecho irrefutable,
condenados a la capital pena, vagàbamos y divagàbamos por ciertas determinadas
teorìas que no vienen al caso y que ademàs no recuerdo ni ahì (bien ahì: ahì donde?)
y dale con Foucault
acaso creìamos que eso nos prestigiaba, sed de gloria, hambre de amores,
pero vivìamos equivocados, èramos unos erròneos totales, ingratos ademàs:
erroneos errantes
errantes erroneos
porque vagàbamos sin rumbo fijo, de aquì o acà para allà,
a travès de la avenida Corrientes
entràbamos a un cafetìn: el mozo nos echaba, ya era tarde, estaban por cerrar, o
acaso nos detestaban cordialmente ya que consumiamos poco y nada, màs nada que
poco, nos despreciaban debido a la irrisoria propina que como una suerte de extorsiòn
o espada de Damocles
se cernìa sobre nuestras melenudas cabezas que ya para entonces
cabeceaban de sueños y ensueños
dulces ensoñaciones
dulces murmullos
Y todo ello al borde del abismo
al borde del precipicio
al borde irresponsablemente
del marplatense acantilado!!!
Conclusiòn: la poesìa en su mayor parte nos parecìa
vacuo palabrerìo y la belleza sin verdad
bellezas en avanzado estado de descomposiciòn
Los poetas que exhibìan sus màs privados sentimientos
falsos poetas
o
directamente
ex poetas
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