abrì la puerta y al entrar lo primero que vi fueron tus ojos que me miraban:
eran 2 estrellas oscuras en medio de la noche, 2 pezones rosados, unasonrisa sinuosa, el teclado de tus manos. Despuès, bailamos unos buenos
tangos, mientras la ventana que daba a la calle se abrìa para dar paso a
mirones y voces varias: entreverados con los demàs bailarines, bailamos el
abrazado abrasado en medio del màs crudo invierno porteño, de un frìo infernal:
pues pienso que el infierno (de existir) no es fuego sino hielo y en esa pista patinamos
hacia instancias algo mejores: carnales fluidos enredados a las blancas sàbanas, pobres
hoteles de barrio, camas giratorias, rodantes casas, radiantes lozas y toda clase de maternas
materias y matrices diversas: maternas lenguas, muertas y vivas lenguas, obscenos gemidos
y alaridos, esfìnteres, erecciones varias, desnudos reflejados en los espejos, esqueletos
abrazados, marcianos televisivos, fugaces estrellas, exquisitos cadàveres, medias dadas
vuelta: ojos, hojas, sustancias fluidas, toda clase de sustancias corporales, desnudos
dormidos abrazados, sàbanas manchadas de besos y polvos y menstrual sangre y amor.
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