milena fue mi novia de la juventud
y dàbamos infinitas vueltas alrededor de la pista de bailepiso encerado de madera brillante como un espejo
en el salòn gricel o en el canning
con el consiguiente riesgo de resbalarte y sucumbir
despatarrado
el piano nos hacìa bailar y girar como trompos
como si hicièramos el amor en medio de la pista de baile
miràndonos a los ojos sonrientes
o besàndonos en la boca
los ojos cerrados o abiertos
mientras bailàbamos abrazados o de la mano
y los habituès nos miraban
admirando nuestro amor
en realidad cada uno estaba encerrado en su mundo
en su burbuja
en su propia isla desierta
tal como en la obra homònima de roberto arlt
no importa todos aquellos años no hicimos otra cosa
que el amor
bailar
charlar
mientras saboreàbamos unos ricos copetines
unos frescos brebajes
vg. horchata
la mùsica nos llevaba hacia àmbitos inhòspitos
incògnitos
y nos dejàbamos llevar por ella
desnuda
con sus largos guantes negros
su ropa interior negra
sus botas bucaneras con tacos agujas
sus anteojos negros
o su antifaz negro
o su màscara
o su barbijo negro
sus ojos brillaban de amor y dicha
o al menos eso me parecìa
cogìamos boca arriba
o te ponìa en 4 piernas
y cabalgaba sobre ti
primero suavemente
pero ya sobre el orgasmo
con màxima violencia y velocidad
reteniendo por un segundo la leche
y luego largando el polvo de golpe
a los efectos de llenarte la concha con mi leche caliente y esponjosa
que al pararte chorreaba de tu vulva
como si se tratara de un milagro
o un fenòmeno paranormal
luego a bañarnos juntos bajo la ducha de agua tibia
a los efectos de dormir y soñar
frescos y abrazados
mientras zumbaban moscas y mosquitos
al otro dìa de nuevo a bailar todos los ritmos
tango en especial
pero tambièn milonga y vals
y por supuesto hot jazz
de la mano de un afiatado discjockey
y las màs selectas grabaciones
vestidos de elegante sport
como prescribìa el cartel exhibido en la puerta de entrada
del boliche en cuestiòn
No hay comentarios:
Publicar un comentario