viernes, 19 de enero de 2024

Poema pandemico 2020

 todo ha terminado adios


ya no nos amaremos màs como en aquellas famosas tardes de invierno o verano

cuando transcurrìan nuestros amores, nuestros amorìos, nuestros romances gitanos

ya no nos querremos màs en el sillòn de tu living comedor

o en tu pieza o habitaciòn en cuyo centro està ubicada una matrimonial cama

con una almohada àrabe en su cabecera como mèdico

y un àrbol cuyo tronco frondoso se eleva hasta el cielo, hasta las estrellas

como si se tratara de un animado dibujo
o la Odisea de Homero Simpson o Expòsito o
Manzi



ya nos nos veremos màs los sàbados y domingos a la tarde

en tu mansiòn de villa del parque, en tu depto en todo caso, en cualquier caso,

en tu derpa, en tus aposentos

ya no contemplarè tu sonrisa de oreja a oreja

tus ojos, tu mirada como espejo o estrellas fugaces

como cometa o asteroide etc.


ya no nos amaremos màs en las tardes del otoño porteño

mientras las grandes ratas corren por los cables de telèfono

persiguiendo extrañas criaturas nocturnas

con el objeto de no morir por inaniciòn


ya no haremos nunca màs el amor en tu cuarto de hotel o pensiòn

ya no acaberemos juntos ya no juntos llegaremos al polvo, al orgasmo

ese terremoto interior como tanguero crepùsculo

ya no cogeremos màs en las tardes de primavera

ya no te pondràs màs en 4 en tu cuarto contra la pared

miràndome a travès de un espejo enmohecido

girando la cabeza
los ojos desorbitados
o simplemente en blanco



ya no me miraràs a los ojos con un helado en la boca

un helado de frutilla sambayòn y dulce de leche granizado

tus gustos preferidos, pre dilectos


ya no nos amaremos nunca màs

ya no haremos màs el amor

ya no platicaremos por telèfono fijo o celular

ya no compartiremos mensajes de texto ni poemas ni canciones de amor

ya no nos miraremos a los ojos

mientras bailamos abrasados

un tango de cobìan y cadìcamo

cuya letra no recuerdo

y cuya melodìa completamente he olvidado para siempre

quizàs los mareados cuyo primer tìtulo original fue en realidad los dopados, como se sabe,
interpretado por O. Fresedo
y su tìpica orquesta



ya no bailaremos el rock desnudos

ya no miraremos màs por la ventana la ciudad adormecida

ya no miraremos los programas de chimentos en el televisor a color

ya no cenaremos màs milanesa con papafritas

ni ravioles con tuco y queso rallado

ni empanadas de carne pollo jamòn y queso

y otros alimentos igualmente nutritivos y sabrosos

que engordan y aumentan inmoderadamente la presiòn arterial

ubicàndome desgraciadamente al borde del cardìaco paro o acv


ya no nos amaremos nunca màs en las tardes de invierno o de verano
en tu cubo o cubìculo de blancas paredes descascaradas
en el week end

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