viernes, 19 de enero de 2024

Poema pandèmico: 130.000 muertos!

 llovìa a torrentes en el cementerio

y el hombre solo en medio del universo
caminaba con una bolsa y en la bolsa una caja llena de cenizas
aùn no sollozaba desconsoladamente
solo pensaba en salir de allì y tomarse un taxi
para llegar a su hogar
y allì poder explotar tranquilo

por suerte, habìa llevado un gran paraguas negro
aunque un poco destartalado
y con èl luchaba contra el viento
era al mediodìa y el cielo se habìa ennegrecido
como si fuera ya la noche
como si el cielo se cayera a pedazos

de la chimenea seguirìa saliendo humo
humo que no puede venderse
humo y cenizas y algunos recuerdos
era lo ùnico que quedaba de aquellas vidas ancianas
que ni siquiera habìan podido despedirse de sus deudos

poco antes habìa mirado las estatuas de algunos ilustres tangueros:
troilo goyeneche pugliese


2 horas habìa estado esperando las cenizas
mientras leìa un libro pequeño y bastante ajado y amarillento
el ùnico libro de bolsillo que hubiera podido leer en aquellas circunstancias tristes:
voces de antonio porchia, poeta y albañil

ya afuera comenzò a caminar
los muros del cementerio le parecìan los de una antigua urbe amurallada
troya digamos
caminò y caminò bajo la lluvia y el viento que arreciaban
no se veìa un taxi por ninguna parte
solo a lo lejos se atisbaban talleres mecànicos y desarmaderos de autos por la avenida
finalmente consiguiò un taxi

abrazaba la bolsa contra su pecho de miedo a olvidàrsela
agradeciò para sus adentros al chofer que fuera ràpido y sin vueltas
ya que en lo ùnico que pensaba era en llegar a su casa
a los efectos de reventar tranquilo y en solitario

pero entes de todo esto recordò la conversaciòn que tuvo
con 2 lejanos familiares que tuvieron la deferencia de oficiar de testigos:
ricos en veleidades intelectuales platicaron formando un triàngulo
puestos los blancos barbijos
solo se veìan los ojos:
abstracciones y entelequias diversas habìan surgido oportunamente
para olvidar aquella impensada desgracia
la importancia de la historia
la introducciòn a la literatura
viejos recuerdos de la facultad de filosofìa y letras
amigos en comùn
profesores
escritores
poetas

aquel diàlogo le habìa hecho bien
porque le habìa ayudado a olvidar la muerte cercana
pero luego casi estalla en el momento en que le entregaron las cenizas
poco despuès

ahora estaba en su casa
continuaba lloviendo a torrentes, a càntaros
su corazòn estaba roto
y la naturaleza parecìa coincidir cordialmente con su estado anìmico
tal como ocurre en determinadas novelas romànticas decimonònicas

acto seguido se preparò el almuerzo, tomate y manzana
porque habìa que seguir viviendo
mientras masticaba miraba la televisiòn pero como sin ver
ya habrìa tiempo de sobra para descargarse llorando desconsoladamente
ahora estaba endurecido como shokeado por los recientes acontecimientos:
una llamada telefònica en medio de la noche
a las 2 de la mañana aproximadamente
anunciando la nefasta previsible noticia

sacò la caja con las cenizas de la bolsa
las mirò luego las fotografiò
para reenviarla a amigos y familiares que asì lo quisieran

habìa que seguir viviendo
se pensaba como un equilibrista oscilando entre el haber y el debe
entre el olvido y el sentimiento de culpa
los recuerdos se conjuraban para enloquecerlo
el tiempo es irreversible
no se puede volver atràs
verdaderamente lo que otorgaba sentido a la vida
era el futuro
pero tambièn habìa que vivir el fugaz presente
por su parte, entendìa que el pasado sirve
para no volver a cometer los mismos errores:
tirar el pantalòn nuevo en lugar del viejo
concurrir a sitios inoperantes y oscuros

estar siempre en el lugar menos indicado
en el momento menos indicado;
tener una enorme facilidad para cometer las mas insignes y olvidables barrabasadas

continuar lavando la ropa, el cuerpo
desinfectar con lavandina
ordenar todo
barrer
etc.

escuchar buena mùsica, vg. violeta parra
dormir
zambullirse en la cama como a una tabla de salvaciòn
en medio del naufragio

cada tanto mirar la caja con las cenizas ya depositada en un armario
mirar al futuro
mirar televisiòn pero ya no noticieros
sino programas gastronòmicos o humorìsticos
para evitar le machaquen siempre con lo mismo
y olvidar un poco
y sumergirse en la dulzura y belleza
de la violeta
parra

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