viernes, 19 de enero de 2024

He conocido a los seres

 He conocido a los seres màs serviles y abyectos

que se creìan nobles y dignos:
se autoengañaban falsamente mediante toda clase de falacias
pero competìan en su grado de obsecuencia y fatalidad:
de vez en cuando explotaban o implosionaban, entonces
eran sancionados por los directivos
asentàndose en actas su conducta improcedente
y sobre todo antirreglamentaria

yo los detestaba cordialmente: su metòdica hipocresìa me parecìa francamente asquerosa:
no sabìan ni sus propias materias y lo peor del caso era regresar con ellos
a altas horas de la noche, luego del colegio nocturno
y tolerar sus faltas de respeto y de educaciòn
realmente me ponìa la piel de gallina:

para no hablar de los señores alumnos quienes no estaban interesados en aprender nada:
querìan el titulo de bachiller, licenciado, profesor, doctor o lo que fuera
al menor esfuerzo y costo
y que le lleven el tìtulo a la casa, mediante entrega a domicilio, por el correo
o por internet incluso, en formato digital, electrònico

algunas alumnas me seducìan ponièndome sagazmente en aprietos:
querìan que pisara el palito, histeriqueaban nomàs, pero yo no era ningùn idiota, ningùn
estùpido, aunque ellas asì lo creyeran

de todas maneras, una noche sucumbì a los embates de una bella:
debìamos amarnos a escondidas porque 2 señoras ancianas sospechaban de nuestros amorìos,
por suerte, tomè frìo por tomar helado y me engripè, ella
sencillamente se borrò, nunca màs la volvì a ver aunque seguìa siendo mi alumna
y continuaba entregàndome cartitas de amor, mediante terceros, todo esto
me comprometìa, por suerte la señora directora no sospechaba nada, o tal vez sì
què se yo, vaya uno a saber

todo era muy raro, muy extraño en aquellos escuelas nocturnas
en las cuales el verdadero poder detràs del trono pertenecìa
a los señores auxiliares de la limpieza, los señores porteros o encargados
fungìan como vicedirectores: sus sindicatos y gremios eran poderosìsimos:
eran ellos realmente los que dominaban todo el sistema educativo,
el señor ministro simplemente era un tìtere al servicio de estos seres increibles
y de una erudiciòn y memoria prodigiosas
verdaderamente

todo el secreto consistia entonces obviamente
en llevarse bien con ellos y con los señores alumnos y alumnas
alumnes què se yo, habìa que dominar a la perfecciòn el inclusivo lenguaje
ya no el castellano idioma, la hispànica lengua, sino màs bien el lenguaje inclusive

por denunciar estas insensateces me entregaron a los señores psiquiatras
quienes dictaminaron pasivas tareas
y no sigo con este relato incoherente porque ya es demasiado tarde
debo irme a dormir, es tarde, demasiado tarde
para màs làgrimas y
sonrisas.

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