Menage a Trois (antipoema pandèmico 2020)

 deseo recordar mis extrañas aventuras y desventuras en el planeta tierra

a cuyo efecto paso a evocar uno de mis vicios màs afectos
habitualmente conocido como menage a trois:
en las tardes del estìo solìan ocurrir casualmente estas reuniones
estos encuentros inusitados y sobre todo fortuitos
que se desarrollaban en una habitaciòn o cubo por lo general blanco
entre cuatro paredes blancas pintadas y dibujadas con toda clase de graffittis
o amplios collages compuestos por una infinidad de fotografìas estrictamente disparatadas

o, en su defecto, los perniciosos fecundos hoteles, entre la oscuridad
de la noche, con su cielo jalonado de fracasos y perversiones diversas:
canciones en inglès solìan escucharse en el grabador
mientras desnudos nos entregàbamos a las bondades, los beneficios del amor
o como luchadores grecorromanos nos retorcìamos por la alfombra roja

esto no es todo: nos besàbamos con furor, como hùmedas lenguas de fuego rojas
como cabelleras de fuego rojo, se lamìan, las puntas lingûìsticas se tocaban,
acariciaba ambos clìtoris en cuestiòn, muy suavemente, con verdadera emociòn,
rozando por fuera o por dentro, buscando se humedecieran esas sabrosas vulvas,
esas mojadas conchas y calientes, como 3 animales en celo que desconfìan uno del otro,
atravesados por intereses divergentes quizàs, ojos desorbitados o bàsicamente en blanco,
y las botellas de alcohol, colonizadas por el deseo, o simplemente las volutas del humo,
el dulce aroma marihuanero o del tabaco careta, se nos entraba por las narices,
junto con el olor a morfi, que sale de todas las ventanas de la ciudad,
bajo el sol del mediodìa

esto va siendo todo: las bocas que se pegan como imanes o reales garrapatas,
los pezones succionados como por un niño, las lenguas que recorren la piel, el cuerpo:
el amor es acciòn, acontecimiento, por ende, relato, narraciòn, poema, pero por
momentos me parecìa una insana estupidez este trìo, como fumar 2 cigarrillos a la vez:
no hacer ciertas locuras es una locura, pero persistir en las mismas chifladuras
puede pasar a ser en lugar de una locura, una mera idiotez, por ejemplo:

estaba verdaderamente chiflado si continuaba yendo a la chiflada (un tango,
un boliche de tango): no me gustaba para nada còmo se bailaba allì:
mirando el suelo como buscando moneditas, siempre fuera de ritmo, de compàs;
sin embargo continuè yendo a bailar con el peligro que ello implicaba, sin saberlo:
en un espacio cerrado, como si fuera una lata de sardinas o atùn (en aceite)
apretujados y hacinados como si se tratara de una manifestaciòn de gente indignada
por la falta de trabajo, los sueldos francamente miserables y otras iniquidades
inenarrables ahora:

hasta se podìa bailar de a 3, cosa difìcil aunque no imposible, mientras sonaba bob dylan:
coger de a 3 era màs fàcil, màs ilusorio, aunque tambièn màs caro quizàs:
los infames puteros persistìan en ese error, en ese error profundizaban los
còmplices gateros, prostibularios y drogadictos, acaso rrochos, criminògenos

para no hablar de los trìos fallidos, fracasados una tarde, y que se convirtieran
en un simple dueto por evasiòn de un tercero: mientras una besa la boca,
la otra se entrega a un paciente fellatio a los efectos que el susodicho eyacule
de una buena vez, de una vez por todas: se toma su tiempo el engrupido mandòn

y luego finalmente las 2 damas se alejan, dejando al putañero empecinado, empedernido
y ya achacado asimismo alejarse en la noche frìa, y ellas cuentan sus billetes,
mientras fuman un faso y se rìen

asì son estos universos inauditos y desharrapados
estos tristes mundos triangulares y prostibularios
estos hoteles en mitad de la noche y del frìo invernal
estas calles desiertas en medio del silencio de la ciudad
que cada tanto es interrumpido por algùn automòvil, algùn mòvil policial

asì son estos trìos impacientes que entrechocan y rechinan sus dientes
estos desnudos implacables entre 4 paredes
estos 3 silencios desnudos de ojos cerrados
o en blanco o simplemente desorbitados