viernes, 19 de enero de 2024

Letras Bellas

 muchos años transcurrì en la vieja facultad de filosofìa y letras:

exàmenes parciales y finales
me gustaba la literatura pero odiaba
la gramàtica
la lingûistica
el griego
y el latìn
entre otras materias màs o menos desagradables

pero un año me puse y me lo propuse
y liquidè esas materias imbancables, infumables:
las aprobè todas y lo màs extraño
es que aprendì muchìsimo

las mujeres se sentaban a mi lado y pretendìan
darme charla mientras el profesor dictaba su clase:
no lo iba a permitir de ninguna manera
y por favor les pedìa que me permitieran
escuchar la clase: despuès podemos charlar a la salida
incluso tomar algo o ir a bailar
(porque yo me las daba de eximio bailarìn)

hoy me arrepiento de aquellas negativas algo pretenciosas
pero aprobè todas las materias
y cumplì con el mandato paterno
la novela familiar, freud mediante

predominaban las fèminas entre aquella clases
y yo deambulaba por los pasillos a veces vacìos
de aquella antigua fàbrica devenida
facultad de filosofìa y letras
en cuyo cuarto piso habitaban fantasmas
segùn las urbanas leyendas

yo solìa mirar el cielo por la ventana
al tiempo que escuchaba la lecciòn
y una joven sentada a mi lado
me obsequiaba su sonrisa y sus ojos dulces
y preciosos como piedras
pulidas por el rìo serrano
que de pronto se desbordaba
a causa de las lluvias
o del deshielo
vaya uno a saber!

y contestaba todas las preguntas que proponìa el pedagogo
con una velocidad mental que incluso me sorprendìa a mì mismo
allì mismo, en la misma aula donde unos pocos años màs tarde
enseñarìa a unos alumnos secundarios
de un secundario de adultos
por las mañanas frìas del porteño invierno

pero ahora era un mero alumno entre otros
que respondìa las preguntas antes de que el maestro terminara de preguntar;
incluso me daba el lujo de esperar 1 2 3 segundos a ver si alguien respondìa
y como con harta frecuencia solìa suceder que nadie contestaba
yo lo hacìa ràpidamente
dando asì en el blanco, por regla general

me considero el alumno màs brillante
de esa generaciòn, de esa dècada perdida o ganada
vaya uno a saber!
asì es la vida o asì no es, mejor dicho
dicho pronto y mal

me gustaba mucho ser estudiante, verdaderamente, me gusta mucho màs
aprender que enseñar y hubiera querido ser
el eterno estudiante o estudioso, el siempre alumno
pero desgraciadamente un dìa me recibì: contemplè que ya habìa
aprobado todas las materias del dichoso plan de estudios; por otra parte,
debìa ponerme a trabajar como profesor de lengua y literatura, no me
iba a pasar la vida bailando tango o acarreando por las calles
diversos materiales y mercancìas
a cambio de un precio cierto en dinero
contante y sonante

asì fue como finalmente fui atrapado por el sistema, yo
que hubiera querido vivir en la bohemia eterna
de un comedor universitario
a la manera de un cioran cualquiera
como si fuera una especie de filòsofo al revès
cuya metafìsica siempre obsoleta
no comprende nadie
ni siquiera èl mismo

nada de esto impedìa, no obstante, por el contrario, o
al contrario, que continuara encamàndome
con las màs hermosas muchachas criollas o extranjeras
que conocìa por las noches en ciertos determinados bailongos de mala muerte
que se caìan literalmente a pedazos, y no es cuento, no es
chiste: grandes arañas se desprendìan del techo, de pronto
sobre las atildadas parejas de bailarines, empilchados de
riguroso sport elegante, de punta en blanco, digamos; por suerte, no
acaeciò ninguna desgracia y el famoso paisajista milonguero continuò
creando sus cascadas de baba y caliente esperma, caliente como todo lo que sale del
cuerpo: la orina, la sangre y demàs sustancias y fluidos corporales, el
excremento incluso, para què vamos a dar con vueltas, para què andarnos
con chiquitas

sì, pronto fui atrapado por el sistema educacional
a cambio de un sueldo estable y toda clase de beneficios sociales: vacaciones pagas y otras
conquistas sociales que debemos al general
juan domingo peròn:
dios lo tenga en su santo reino

sin embargo, no todas eran buenas noticias, una de arena y otra de cal: porque
debìa lidiar con ambiciosos directivos quienes tienen por costumbre
mandonear a sus subordinados docentes
mediante gritos asordinados
delante de todo el mundo: padres, colegas, auxiliares de limpieza, alumnos

los docentes en general renunciaban o se enfermaban
pero conmigo no, conmigo no pudieron: mis estudios tanto de letras
como de abogacìa
me permitieron confeccionar bellos escritos
en los que los denunciaba
a las autoridades superiores
y entonces
gracias a dios
ya no me molestaban màs
no me fastidiaban màs irrumpiendo por ejemplo de golpe
sin pedir permiso
en el aula
como una tromba
so pretexto de observar la clase
segùn el reglamento escolar

y pude dar clases desde entonces
medianamente tranquilo

otros colegas no pueden decir lo mismo:
explotaban y les hacìan actas, los sancionaban,
o implosionaban y enfermaban, ya quemados
y al poco tiempo fallecìan
a causa de ùlceras
cànceres
u otras dolencias similares
o simplemente por paro cardìaco

el rayo de la apoplegìa los derrumbaba en sus lechos
tal el caso del famoso amadeè jacques
amado por sus alumnos
y por sus colegas

un verdadero ejemplo para la historia de la educaciòn argentina!

otros no pueden decir lo mismo, sin
embargo

yo tampoco

asì transcurrieron aquellos dìas tortuosos y felices
en aquel mundo maravilloso e indescriptible
ademàs de infernal

una cosa no quita la otra:
al contrario

esto es todo por hoy

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