viernes, 19 de enero de 2024

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 Imàgenes inconexas acuden a mi mente:

la puerta de entrada a la escuela primaria, por ejemplo,
como si se tratara de una pelìcula muda en càmara lenta
o antiguas fotografìas familiares en blanco y negro;
la escuela hoy devenida plaza municipal
con juegos para niños
pero aùn existen las viejas palmeras, ya centenarias, te dirìa,
me encanta la oralidad:
allì mismo donde hacìamos el amor,
o sexo oral, por asì decirlo;
mientras sonaba el piano a lo lejos
y el teclado saltaba de un verso al otro, inopinadamente;

imàgenes discontinuas: la clase de folklore los domingos a la tarde
en las viejas escuelas municipales
o en el salòn principal de la facultad de ingenierìa;
o el estadio de river plate, los domingos por la tarde,
como si se tratara del bramido de un sismo o maremoto
y no de un mero match de football;
la vieja cancha de san lorenzo de almagro
con su viejo portòn que aùn puede verse en la antigua pelìcula;
las viejas canchas de handball en ferro carril oeste, por las noches
donde entrenàbamos, corriendo a caballito con un muchacho encima nuestro;
o las viejas canchas de golf en palermo donde practicàbamos clandestinamente por las noches
a la luz de la luna, luego de entrar por un orificio en el alambrado roto;

o trepar àgilmente el paredòn de ferro carril oeste
para jugar al basketball; o colarnos en los colectivos
o en el subterràneo a travès del molinete correspondiente, o saltando hàbilmente las rejas:

hoy no podrìa hacerlo por la simple razòn que soy un obeso mòrbido segùn reza la ley homònima;
pero entonces sì podìa: era delgado como un palo, como un fideo, como un
mimbre, y trepaba a ciertos balcones
como un hombre araña, con una facilidad espeluznante, impecable, hoy lamentablemente perdida,
y todo porque habìa perdido las llaves del misterio

continùan las imàgenes irremediablemente desconectadas:
laberintos que constituyen barrios marginales
en los que te podès perder fatalmente, calles saladas;
recreos en el patio de la escuela fumando sendos cigarrillos aplastados luego contra el suelo,
platicando vaya uno a saber de què, no lo recuerdo con exactitud,
quizàs despuès de todo, el famoso crìtico crìptico de poesìa tiene completa razòn
y salto de una imagen a la otra sin desarrollar ninguna de las piezas:

recreos en la puerta de la escuela fumando un par de cigarrillos mientras converso con alguien
converso
posiblemente, un alumno, un profesor;
caminando por el club oeste o por el barrio
bajo la luz de la luna o del sol màs ardiente;
con un libro o un mata fuego en la mano,
haciendo el amor una y mil veces con las mujeres màs hermosas del universo
en los màs humildes hoteles, fumando un cigarrillo comùn o de marihuana
o bailando en toda clase de sitios toda clase de ritmos pero especialmente tango milonga vals
apretados pegados desplazàndonos por toda la pista como si fuèramos una sola unidad;
fundidos felizmente con la mùsica y con la danza, olvidados de toda la realidad
polìtica social econòmica etcètera, al menos aparentemente

burbujas sociales, burbujas polìticas:
no debe haber nada en la conclusiòn, que no estè antes en las premisas:
la poesìa invierte altera deliberadamente este postulado, este acaso axioma

lo que màs recuerdo de las escuelas son los recreos:
en los patios, mientras pasa el tren; o en la calle ramòn falcòn,
mientras pasan los autos, o llueve torrencialmente y miramos el largo metraje de la lluvia,
escuchamos la canciòn de la lluvia
mientras charlamos de bueyes perdidos y otras yerbas
o nos besamos en la boca, quien sabe

imàgenes dispersas, desparramadas al azar como por arte de magia o de birlibirloque:
viajes en colectivos mirando por la ventana o leyendo un libro
o besàndonos con una hermosa:
viajes en tren, en el vagòn de los cartoneros que fuman como chimeneas en el 2002
y charlan como condenados casi a los gritos y se rìen a carcajadas
como si fueran los tipos màs felices del mundo, increiblemente generosos:
esperando en las estaciones de tren o corriendo hacia el tren subiendo a èl en el ùltimo segundo
antes que parta hacia la nada o constituciòn:

o leyendo o escuchando poemas en los talleres de poesìa
en los recitales de poesìa (con micròfono abierto)
o recitando poemas en las escuelas
o leyendo poesìa en las mesas de madera de los viejos bares
o en las bibliotecas municipales o universitarias
o en la biblioteca del congreso de la naciòn
o en la de la caja de ahorro
o en la antigua casa de manuel gàlvez
o de evaristo carriego (borges mediante) devenida biblioteca de poesìa
hoy naturalmente clausurada, tapiada, acaso rematada

imàgenes inconexas de piletas de nataciòn:
la pileta del club italiano, sumergido en el agua, a lo largo,
o los menores escolares de sèptimo grado mirando por un orificio a las adolescentes desnudas
y mojadas
antes del reto del mayor a cargo;
grandes piletas olìmpicas y saladas en la salada;
grandes piletas termales hirviendo en verano
mientras saboreamos cerveza uruguaya;

la nieve cayendo en bariloche en 1982 en el viaje de egresados,
los pies que se hunden suavemente en lo blando de lo blanco
y todo ello mientras suena el piano en la tarde infernal

imàgenes desgranadas como un racimo de uvas:
besos como chasquidos o chupones
cuerpos transpirados desnudos inter pene trados,
trabajo con el lenguaje,
lòbulos, masajes, besos lamidos en todas partes como si se tratara de un helado en palito
que hay que derretir o simplemente tomar;
dedos, uñas, dientes, mordiscos como serpientes, en el cuello,
dejando una marca celosa que ningùn peine podrà mitigar;
fellatios en medio de la noche y dulces cunnillingus, lo privado, en fin
que nada puede morigerar: la idea fifa, la idea

parque municipales, plazas pùblicas hoy privatizadas, concesionadas, como casi todo:
todo es lucro, todo es negocio
nada es ocio

lucro: locro
cancha : concha

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