viernes, 19 de enero de 2024

poesia argentina poemas 2024

 UNA MANERA DE DECIR 


Aquella noche, fuimos a ver "La hora de los hornos".

Todo estaba muy oscuro y en medio de la pelìcula
nombraron a su flìa (ella me dio un suave codazo).

Fueron años muy felices los que pasè con mi antigua novia
(hoy ya anciana, al punto tal que no quiero ver sus fotos
ni la de sus amigas, en reuniones familiares, en las cuales,
desgraciadamente, sonrìen a la càmara)

pero aquella hermosa relaciòn se vio lamentablemente empañada,
digamos,
por determinadas o ciertas pràcticas o juegos sadomasoquistas
que
de ninguna manera
vienen al caso.

Es una manera de decir.

Mientras suena la barroca orquesta
recuerdo perfectamente
que concurrìamos a los màs infectos piringundines
donde se arremolinaban los bailarines desenfrenados
mientras sonaban las tangueras grabaciones
las màs milongas grabaciones
en medio de la media noche
a altas horas de la noche
hasta que las velas no ardìan.

De pronto, me dirigìa raudamente hacia el kiosco màs cercano
precisamente a la vuelta de la milonga en cuestiòn
a los efectos de comprarme un atado de cigarrillos de los + baratos
(en aquella època podìa darme el lujo de fumar
como un escuerzo
de lo cual actualmente me arrepiento completamente, 
operando mediante toda clase de digresiones etc.).

Al volver, ella ya estaba bailando con otro
màs exactamente con Don Ariel "Rulo" Prilik
(a quien casualmente ayer encontrè en un sueño
y me anoticiò que daba clases de matemàticas modernas).

Ella era inmediata o fervientemente celosa
como si se tratara de alguna especie o suerte de 
delirio celotìpico incontrolable,
bàsicamente. 

1 comentario:

  1. UNA MANERA DE DECIR

    Aquella noche, fuimos a ver "La hora de los hornos".

    Todo estaba muy oscuro y en medio de la pelìcula
    nombraron a su flìa (ella me dio un suave codazo).

    Fueron años muy felices los que pasè con mi antigua novia
    (hoy ya anciana, al punto tal que no quiero ver sus fotos
    ni la de sus amigas, en reuniones familiares, en las cuales,
    desgraciadamente, sonrìen a la càmara)

    pero aquella hermosa relaciòn se vio lamentablemente empañada,
    digamos,
    por determinadas o ciertas pràcticas o juegos sadomasoquistas
    que
    de ninguna manera
    vienen al caso.

    Es una manera de decir.

    Mientras suena la barroca orquesta
    recuerdo perfectamente
    que concurrìamos a los màs infectos piringundines
    donde se arremolinaban los bailarines desenfrenados
    mientras sonaban las tangueras grabaciones
    las màs milongas grabaciones
    en medio de la media noche
    a altas horas de la noche
    hasta que las velas no ardìan.

    De pronto, me dirigìa raudamente hacia el kiosco màs cercano
    precisamente a la vuelta de la milonga en cuestiòn
    a los efectos de comprarme un atado de cigarrillos de los + baratos
    (en aquella època podìa darme el lujo de fumar
    como un escuerzo
    de lo cual actualmente me arrepiento completamente,
    operando mediante toda clase de digresiones etc.).

    Al volver, ella ya estaba bailando con otro
    màs exactamente con Don Ariel "Rulo" Prilik
    (a quien casualmente ayer encontrè en un sueño
    y me anoticiò que daba clases de matemàticas modernas).

    Ella era inmediata o fervientemente celosa
    como si se tratara de alguna especie o suerte de
    delirio celotìpico incontrolable,
    bàsicamente.

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